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La historia que hay detrás de la spinoff Lumiris representa el caso de éxito de una compañía cuyos fundadores tuvieron claro que para trasladar todo su conocimiento paredes afuera del laboratorio, su proyecto innovador debía crecer desde el minuto uno de la mano del capital con la mirada siempre apuntando al camino del mercado.

La génesis de la compañía fundada en el seno del Instituto de Bioingeniería de Catalunya es singular por este foco que siempre ha encaminado su trayectoria hacia el lanzamiento comercial, un objetivo que cuando 2024 toca a su fin está más cerca.

La compañía catalana que aspira a revolucionar la reproducción asistida acaba de cerrar una ronda de seis millones de euros que le permitirá avanzar hacia la fase clínica en 2025 y acercarse a su objetivo de llevar al mercado en un plazo de tres años su innovadora tecnología.

"Nuestro inicio es curioso. Yo venía de EEUU de hacer el postdoctorado en California, en el Institute of Technology (Caltech), y lo hacía con una patente y con tecnologías en fases de desarrollo. Al llegar a Barcelona conocí mi socia, Anna Seriola -cofundadora de Lumiris- que es una persona con un gran background en stem cells y embriología, y que atesora también formación en temas de business y financiero", explica a DISRUPTORES-EL ESPAÑOL Samuel Ojosnegros, CEO y cofundador de la spinoff.

En estos primeros pasos, también se unió a la aventura emprendedora de Lumiris el otro socio del equipo, Jorge fuentes, al que Samuel Ojosnegros ya conocía, y que contaba con una dilatada trayectoria en el mundo de la innovación y el ecosistema startup.

La empresa ha desarrollado una tecnología de diagnóstico por imagen y no invasiva que permite analizar el metabolismo de los embriones humanos, ofreciendo una herramienta precisa para identificar los más competentes para implantarse en el útero.

Sin financiación y un sólido apoyo del mundo del capital, su revolucionaria tecnología que aspiraba a cambiar la reproducción asistida no llegaría nunca al mercado. Y ahí volcaron -con acierto- gran parte de su esfuerzo en esta fase temprana de la compañía.

"Conseguimos llegar a un acuerdo con Scranton Enterprises, un fondo de inversión, por el que ellos invertían un millón y medio en la tecnología que estábamos desarrollando. Nos dimos cuenta de que la tecnología necesitaba aún bastante desarrollo e intentamos convencerlos de que, en lugar de montar una empresa desde cero, invirtieran el dinero dentro de un instituto de investigación, dentro de un laboratorio", relatan los cofundadores de la spinoff a esta redacción.

"IBEC, Scraton y los fundadores dimos forma al Open Innovation Lab, un nuevo concepto de laboratorio que impulsa proyectos orientados al mercado"

Samuel Ojosnegros, CEO y cofundador de Lumiris

Ahí es donde el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) se cruzó en el camino de Samuel y Anna para acompañarles desde la génesis del desarrollo de Lumiris.

Las negociaciones fructificaron a tres bandas entre IBEC, Scranton y los fundadores para invertir el dinero vía el instituto dando forma a lo en la actualidad es el Open Innovation Lab, un nuevo concepto de laboratorio que impulsa proyectos orientados al mercado.

"En ese momento ya cerramos unos acuerdos de licencia y de pacto de socios y, al cabo de unos años, cuando la tecnología ya estaba madura, constituimos la empresa, hace ahora un año. Al estar incubados dentro de IBEC nos permitió levantar fondos no dilutivos, grants, por valor de más de tres millones de euros".

"En total llevábamos casi cinco millones de euros, quitando la última ronda", indican los cofundadores", manifiestan.

La reciente ronda de inversión de 1,5 millones, financiada en parte por inversores privados y en parte a través de la plataforma de micromecenazgo Capital Cell, refleja la confianza del mercado en su potencial para transformar el sector de la reproducción asistida.

"Hemos tenido mucho apoyo del sector de la fotónica, pero sobre todo del sector de la reproducción asistida, que han entrado directamente invirtiendo muy fuerte, validando así el proyecto", defienden los impulsores del proyecto.

Lumiris ha integrado los últimos avances en fotónica con un objetivo claro: aumentar la tasa de éxito y reducir el tiempo hasta el embarazo de las personas que enfrentan desafíos en su salud reproductiva

Además, la ronda ha contado con un amplio respaldo de profesionales del sector, "lo que valida aún más la propuesta de valor de la empresa". "Estamos emocionados de dar este importante paso hacia la validación clínica de nuestra tecnología. Gracias al apoyo de los inversores, estamos más cerca de cumplir nuestra misión de mejorar las tasas de éxito de los tratamientos de fertilidad y ayudar a millones de personas en su camino hacia la maternidad y paternidad", afirma Anna Seriola, cofundadora y directora científica de Lumiris.

Pero ¿en qué se basa su propuesta disruptora? La spinoff busca satisfacer la falta de herramientas diagnosticas eficientes y robustas para el diagnóstico de embriones. En la reproducción asistida se generan varios embriones por cada paciente, "pero las técnicas actuales que son de microscopia muy antigua, no permiten diferenciar qué embrión es el más competente para implantarse porque sólo miran el aspecto", indican los cofundadores.

"Desarrollamos una técnica de imagen metabólica que nos permite ver el estado de salud del embrión y también de los óvulos"

Samuel Ojosnegros, CEO y cofundador de Lumiris

"Puedes tener embriones con muy buen aspecto, pero fisiológicamente, metabólicamente estar mal o lo contrario. Nosotros hacemos una técnica de imagen metabólica que nos permite ver el estado de salud del embrión y también de los óvulos, que funciona incluso mejor que con los embriones. Aparte esta técnica también se puede aplicar a muchos otros campos de diagnóstico como la inmunología o el screening de drogas para la farma", añaden.

Desde su creación, Lumiris ha integrado los últimos avances en fotónica con un objetivo claro: aumentar la tasa de éxito y reducir el tiempo hasta el embarazo de las personas que enfrentan desafíos en su salud reproductiva.

2025: el año de la fase clínica

Con el respaldo de prestigiosas clínicas de reproducción asistida, centros de investigación y un equipo multidisciplinar, la empresa se posiciona como un referente emergente en el campo de la biotecnología aplicada a la fertilidad.

El objetivo para 2025 es alcanzar la fase clínica. "Para ello hay que hacer una serie de pasos más de ingeniería, acabar el prototipo y empezar a pasar una serie de regulaciones. También tenemos que montar un equipo más profesionalizado dentro de Lumiris como spinoff de IBEC", añaden.

La meta a medio plazo es acercarse a su objetivo de llevar al mercado, en un plazo de tres años, su revolucionaria tecnología para mejorar los tratamientos de reproducción asistida. El camino es largo, pero Lumiris avanza con paso firme.