Solo hay tres tipos de personas que acuden a un hospital: pacientes, familiares y profesionales médicos. Salvo estos últimos, nadie quiere estar allí. Pero, desgraciadamente, todos nosotros pasaremos tarde o temprano por sus pasillos. Una vivencia, la de pasar por el hospital, que no suele resultar agradable por un sinfín de motivos -tratamientos dolorosos, comidas de dudoso sabor, etc.- pero en cuya valoración también tienen impacto aspectos aparentemente más baladís, como el acompañamiento o el entretenimiento durante la estancia en el centro clínico.
Cualquiera que ya haya pasado por esta experiencia seguro que guarda una imagen en su cabeza al respecto: la de la televisión colgada enfrente de las camas, equipos por lo general antiguos y para cuyo funcionamiento es necesario abonar importantes cantidades de dinero. Sí: pagar por ver la televisión gratuita y en abierto que todos disfrutamos. Eso por no contar la de veces que el sistema funciona de manera equívoca o, directamente, ni enciende. Por no contar que la interacción del paciente con el televisor es nula, más allá de la selección del canal, al igual que le sucede al profesional médico que no ve en estos equipos más que otro motivo de queja en torno a la comodidad de los enfermos en un momento tan delicado como este.
Surgen así distintas iniciativas encaminadas a digitalizar la cama del paciente y convertirla en un nuevo punto de interés dentro de estos entornos, con una doble vertiente de entretenimiento de nuevo cuño pero, también enriquecida con aplicaciones críticas y de respaldo médico de enorme calado. Una de ellas es la que protagoniza IonIDE, una startup madrileña, fundada en el año 2010 y que cuenta actualmente con el respaldo del Parque Científico de la Universidad Carlos III de Madrid. "Queríamos afrontar el rechazo social que genera el hecho de pagar por ver la televisión en el hospital y, de paso, aprovechar el cambio de infraestructura tecnológica para mejorar la experiencia del enfermo durante su estancia", explica Jesús Espinosa, consejero delegado de la compañía.
Esta empresa ha desarrollado dos productos: un terminal de 20 pulgadas con brazo articulado, integrado en la cama del propio paciente, y desde 2017 también dispositivos móviles basados en un iPad. La clave de ambos no es su personalización para entornos clínicos (como asas para su manejo sencillo por parte de ancianos o personas débiles) sino el potencial de su software.
A la amplia oferta de ocio que podemos concebir en el ámbito digital (con televisión en directo pero también los principales servicios audiovisuales como Netflix, Movistar+, Spotify, etc.) unimos soluciones destinadas a romper las barrera del aislamiento de las personas mayores (vídeollamada, telefonía IP), otras destinadas a favorecer los flujos de comunicación entre el enfermo y los profesionales médicos (encuestas, elección de los menús, portal del paciente, gestión de pruebas o de citas futuras, consulta de la historia clínica en la habitación por parte del médico sin tener que cargar con ningún dispositivo) y otras pensadas directamente para resolver las necesidades inmediatas que se suceden en estos casos (como solicitar con un solo clic la colocación de una nueva bolsa de suero o la consulta rápida con enfermería -mediante vídeollamada- sin que ni el familiar ni el facultativo tengan que desplazarse).
Incluso, más allá, nos encontramos con funcionalidades pensadas directamente para ayudar a la recuperación de los pacientes. Es el caso de los despliegues realizados en las nuevas unidades de fragilidad de los hospitales Rey Juan Carlos (Móstoles) y el General de Villalba, donde se colocan pulseras de actividad a los enfermos de más de 70 años para incentivar que caminen por los pasillos con el fin de evitar las úlceras por presión.
Más de 15 hospitales y 5.000 camas en nuestro país -también en países como Ecuador o México– ya han apostado por este concepto de cama digital. Espinosa confía en seguir ampliando su penetración en tanto que se han puesto en marcha numerosos concursos públicos. "Este año queremos llegar a otras 2.000 nuevas camas", adelanta Espinosa a INNOVADORES.
También en residencias de ancianos
Por delante quedan retos como la industrialización del dispositivo (tanto desde un punto de vista de hardware, haciendo más fácil su mantenimiento, como de software - agilidad en el desarrollo de actualizaciones y parches de seguridad-) o seguir incorporando funcionalidades específicas para cada ámbito clínico y que respondan a las nuevas demandas de entretenimiento de los pacientes. También seguir profundizando en un nuevo ámbito, el sociosanitario, donde la firma ya se ha introducido a principios de año con la referencia de la Residencia Valmonte, a cuyos 120 residentes se les ha proporcionado esta clase de tecnologías.
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