Sus anchos pasillos y altas estanterías recuerdan a un almacén. Así es este supermercado de la cadena surcoreana E-Mart. Los consumidores se mueven de aquí para allá comparando referencias, leyendo etiquetas, metiendo los productos en el ¿carrito? Esa máquina que sigue a los clientes no tiene nada que ver con el clásico carro de la compra. En realidad, es un robot móvil… y autónomo. El primero de su especie que se ha introducido en una tienda abierta al público. Y ha sido diseñado y fabricado por la empresa española Robotnik.
E-Mart, una de las mayores cadenas de supermercados de Corea del Sur, quería mejorar la experiencia de los clientes dentro de sus establecimientos a través de la tecnología. La idea de un carrito de compra robótico no es nueva. Desde 2010 se han ido desarrollando prototipos en distintas partes del globo, pero nunca habían llegado a materializarse como una solución real en las tiendas.
Para conseguir este gran hito, la asiática buscó a los mejores fabricantes de robots del mundo. Hasta que dio con Robotnik. Sus 15 años de experiencia en robótica móvil han permitido a esta empresa, con sede en Valencia, convertirse en referente internacional en el sector. Ahora es la artífice de Eli, fruto de su colaboración con la empresa china Gaitech.
Eli es el nombre de un robot móvil con apariencia de carro de la compra. Eso sí, tiene un cerebro que le dota de autonomía. Así puede seguir al cliente por la tienda, guiarle por los pasillos hasta dar con el producto que busca (y sin chocarse) o, incluso, hacer el pago de su compra de forma automática.
Una serie de acciones que requerían de un elevado nivel de cooperación por parte de la máquina. "Eli está diseñado para realizar tareas útiles para las personas en colaboración con ellas, compartiendo su espacio y de una forma segura", destaca el gerente de Robotnik, Roberto Guzmán, a INNOVADORES.
A diferencia de los robots móviles tradicionales, los colaborativos incorporan sensores "más avanzados y cierto nivel de inteligencia". De esta forma, pueden procesar información sensorial y desarrollar funciones más complejas. ¿Por ejemplo? La navegación autónoma sin infraestructura, el seguimiento de personas o la comunicación por voz.
Podría decirse que Eli es primo hermano de los vehículos de guiado automático (AGV), que en los últimos años tanto se han popularizado en el sector logístico. "El concepto es similar, aunque hay algunas diferencias", apunta Guzmán. Más allá de las funciones específicas que se han desarrollado para su uso en supermercados (la seguridad, las interfaces de usuario asociadas al proceso de compra o el pago automático), en ambos casos el robot desempeña una tarea clave: la navegación autónoma. Una misma capacidad en dos entornos muy distintos.
"Los requerimientos en cuanto a navegación y localización en un supermercado son más exigentes que en un almacén", dice el gerente de Robotnik. "En determinadas horas punta, el establecimiento puede estar muy concurrido e incluso saturado y el robot debe ser capaz de seguir operando de forma segura entre la multitud", especifica.
Otra distinción importante está relacionada con el tipo de usuario. Mientras el operario de un almacén está habituado a utilizar este tipo de robots a diario y tiene las habilidades necesarias para adaptarse a ella, el cliente de un supermercado no tiene por qué estar familiarizado. En este caso, la tecnología debe ser capaz de adecuarse al usuario y no al contrario. "Esta diferencia es especialmente importante para resolver el problema de seguimiento", indica Guzmán.
Éxito total en Corea
E-Mart ya ha realizado la primera prueba piloto de Eli en un supermercado de Hanam (Corea del Sur). "Ha sido todo un éxito", destaca el gerente de Robotnik. "Más que sustituir la totalidad de los carritos actuales, este robot se erige como un elemento más de ayuda en el proceso de compra de aquellas personas que lo requieran".