Las personas que padecen epilepsia pueden tener una crisis en cualquier momento y en cualquier lugar. Viven con esa incertidumbre. Acabar con esto es el objetivo que se propusieron hace seis años los tres catalanes que fundaron MJN & Epilepsy. Y todo apunta a que pueden conseguirlo con un wearable no intrusivo que alerta al paciente antes de tener una crisis de epilepsia.
Salva Gutiérrez, CEO-CFO y cofundador, narra a INNOVADORES cómo ha sido el desarrollo de este especial auricular, capaz de recoger la señales eléctricas del cerebro para detectar las alteraciones del mismo y poder alertar de que está a punto de tener una crisis epiléptica.
Para conseguirlo han desarrollado unos algoritmos sobre la señal eléctrica del cerebro que se recoge para “poder anticipar estas crisis”. A través de este análisis de los datos y las señales recibidas, se puede realizar “una evaluación continua del riesgo de crisis para determinar cuándo es bajo, medio o alto”. Esta es en sí misma una de las grandes diferencias sobre otros dispositivos en el mercado, que son más unas herramientas de registro y no de aviso previo.
“Nosotros vamos al foco de la epilepsia, que es la actividad eléctrica recogida a través del canal auditivo, lo que nos hace muy sensibles a las crisis”, puntualiza Gutiérrez. En el mercado ya existen unos dispositivos para los pacientes con epilepsia. “Son pulseras que recogen los movimientos de la crisis, las convulsiones, pero el problema es que no todas las crisis son convulsivas”. Además, incide, como estas pulseras están vinculadas al movimiento “dan muchos falsos positivos”.
Ensayos clínicos
La primera parte del ensayo se ha realizado en el ámbito hospitalario a 25 personas, en la que se pudieron registrar hasta 100 crisis validadas por los dispositivos. En la segunda fase se están preparando “equipos de calle”, es decir en condiciones reales, sin ese control hospitalario. Serán entre 20 y 25 personas durante tres y cuatro meses probando los dispositivos. A finales de año, con los resultados, se podrá preparar el equipo para su salida al mercado.
Su historia
Pero todo empezó con David Blánquez, CEO-CTO y cofundador. David tiene una hija con epilepsia, que además es farmacoresistente. Desde su visión de ingeniero llevaba años pensando en cómo ayudar a su hija. “Lo primero que hizo fue comprar un equipo de monitorización de electroencefalograma casero para registrar las crisis”.
Las personas que tiene epilepsia tienen crisis que no se pueden predecir y a consecuencia de estas crisis pueden tener un accidente, caídas… “Esto genera mucha incertidumbre, porque si no sabes cuándo te va a venir una crisis, al final te limita la calidad de vida y la de tu entorno”. Esto llevo a David a lanzarse a hacer algo.
“Hace 6 años nos conocimos a través del colegio de nuestros hijos. Tomando un café me comentó que tiene alguna idea para hacer algún invento tecnológico, no tiene claro cómo, pero algo había qué hacer para resolver la imprevisibilidad de las crisis”.
Así entraron el propio Gutiérrez y Xavier Raurich, actual COO y compañero de trabajo por aquel entonces de Blánquez. “Empezamos el proyecto, sin saber ni qué vamos a hacer exactamente, ni cómo, pero nos vamos sentando y hablando de posibles ideas. Y entre ellas va madurando la de un auricular, desde el que podamos captar la señal eléctrica del cerebro, la alteración eléctrica que se produce en una crisis”.
Pensando en mejorar los tratamientos
Otro de los objetivos de este dispositivo es facilitar la labor al neurólogo al poder ofrecer información objetivo gracias al registro de las crisis y de las señales eléctricas del cerebro. Hasta ahora estos especialistas solo podían contar con datos subjetivos, con sensaciones, que le contaba el paciente tras haber sufriendo una crisis. Esto puede cambiarlo.
De hecho, el feedback que les está llegando de los hospitales es positivo, porque ven más allá de la epilepsia: “Puede servir para otras alteraciones neurológicas como esquizofrenia, ictus o apneas, en las que la lectura de la señal del cerebro es importante”. Es un “paso importante” para los neurólogos poder obtener datos objetivos de forma sencilla y ambulatoria.
En enero de 2019 este wearable saldrá al mercado. Y la estrategia será en dos sentidos. A través de distribuidores de dispositivos médicos de diferentes países. De hecho ya han contactado con ellos, además de España, de Francia, Países Bajos, entre otros. “Pero nuestro principal objetivo es ir directamente al usuario, porque nuestro producto es para mejorar la calidad de vida del paciente, por lo que hemos contactado con asociaciones para llegar a ellos”.
Tras conocerse hace seis años los tres fundadores van barajando ideas para hacer un proyecto que ayude a los pacientes con epilepsia. “Cuando nos centramos en la idea del auricular que capta señales del cerebro, David y Xavier, los dos ingenieros, empiezan a hacer pruebas y construir los primeros prototipos rudimentarios. Fue cuando constituimos una SL. Era el verano de 2014”.
rnA partir de 2016 llega el momento de “comportarse como una startup”, se presentan a premios, buscan financiación para su idea, entran en un proceso de aceleración –Ship2B en Barcelona–… “Es el momento en el que el proyecto empieza a coger tracción: desarrollamos el plan para crear el dispositivo médico, tanto la parte clínica como regulatoria”. En 2017 consiguen hasta un millón de euros de financiación y a lo largo de este 2018 comienzan los ensayos clínicos. “Estamos registrando las primeras unidades aptas para hacer el marcaje CE y preparando toda la estructura para poder salir al mercado a finales de este año”.