Se imaginan circular durante 3.771 kilómetros con solo un litro de combustible? Pues ese es el récord alcanzado por uno de los vehículos participantes en el Shell EcoMarathon, una competición de jóvenes estudiantes de ingeniería que congregó la pasada semana a más de 25.000 personas en los alrededores del estadio olímpico de Londres.
Una cita con la innovación en dos categorías -prototipos y urban concept- que se lleva celebrando desde 1985 y en la que se ponen a prueba los diseños más atrevidos con la eficiencia en el consumo como máxima prioridad. Además, y siguiendo con la heterogeneidad de fuentes energéticas que existe en la actualidad, los vehículos que ruedan por este circuito urbano son tanto de combustión interna (gasolina, diesel, gas o etanol), eléctricos (baterías de hidrógeno o de litio) o movidos por hidrógeno. La clave, repiten los organizadores, no es el tipo de energía sino toda la tecnología a su alrededor para sacar el máximo partido de todas ellas.
Por delante, el reto de un trazado de 970 metros al que deben dar 15 vueltas sin la tentación de pisar a fondo el gas y con la estrategia grabada a fuego en la mente fría del piloto (mujeres, en la mayoría de los casos, por una cuestión de peso). Y es que, aunque se hable de una carrera como tal, en realidad hablamos de una semana completa de entrenamientos y disputas en distintas parcelas distintas, así como la posibilidad de una competición contra los ganadores del EcoMarathon en Norteamérica y Asia. Para afrontar todos estos retos con la eficiencia anhelada, el manual se vuelve casi tan importante como la técnica.
Con una sobrerrepresentación de equipos franceses, distintos grupos de jóvenes de toda Europa han participado en esta iniciativa, para la que trabajan de media un año entero. En algunos casos, incluso se heredan los diseños e innovaciones entre grupos de alumnos de distintos cursos para mantener viva la tradición.
Representando a España encontramos a nueve equipos procedentes de todos los rincones de la geografía patria. Entre ellos, el Solar-GT (CIPFP Benicarló, con un vehículo eléctrico de 500 cc), el Equip UMH (Universidad Miguel Hernández de Elche, usando un coche con etanol y diseño modular y un centro de gravedad extraordinariamente bajo) o el grupo de la Universidad Politécnica de Cartagena (compuesto de 12 miembros y que han mantenido la base de años anteriores con mejoras en la transmisión, la dirección y el volante). A todos ellos hemos de sumar a los profesionales del IES Alto Nalón, participante en otras ocasiones y, ahora, encargados del mantenimiento y mejoras de los vehículos oficiales de Shell en esta competición.
Una de las novedades introducidas en la competición de 2018 es la categoría de 'coches autónomos', inexistente hasta la fecha. Los equipos, en este caso, no compiten en un trazado al uso, sino que han de superar pruebas concretas de parking, evitar obstáculos o guiarse en condiciones extremas.