2020 parece que va a ser la década en la que veamos sobrevolar en nuestras ciudades los taxis aéreos. La parte técnica es la que está más avanzada y una prueba de ello es el avance del desarrollo de estas aeronaves en algunas de las empresas más punteras, subraya a INNOVADORES Juanjo Alonso, director del Aerospace Design Lab de la Universidad de Stanford. Uno de los ejemplos que nos cita como ejemplo, Kitty Hawk, que hace unos meses lanzó su prototipo, Cora, que ya está volando en pruebas en Nueva Zelanda. ¿Por qué en Nueva Zelanda? “Porque en EEUU es más difícil hacer este tipo de pruebas de vuelo con pasajeros”, incide el catedrático de Diseño de Aeronaves de la Universidad de Stanford.
Tras ocho años de investigación e ingeniería, esta compañía de California completó el diseño de su taxi aéreo, que elimina la necesidad de contar con una pista de despegue y aterrizaje, ya que puede hacer esta maniobra como un helicóptero y después pasar a volar como un avión. Y, además, es completamente eléctrico, lo que “ayuda a construir un mundo sostenible”, señalaron en el lanzamiento desde Kitty Hawk, que tuvo desde el inicio del proceso el reto de quitar “presión” al tráfico que viven las grandes ciudades. Los primeros vuelos de Cora se han llevado a cabo en Nueva Zelanda, un país que “abraza el futuro” con “una economía dinámica que podría servir como un trampolín” para este nuevo transporte.
Las grandes de la aeronáutica no quieren quedarse atrás y están trabajando para tener sus propios modelos. Airbus ha abierto en Silicon Valley su propio “puesto avanzado” para la innovación aeronáutica: A3. Este mismo año presentaron su prototipo de eVTOL (avión eléctrico de aterrizaje y despegue vertical): Vahana. Este modelo ya ha completado su primera prueba con éxito: un vuelo en el que alcanzó una altura de cinco metros durante 53 segundos y totalmente autoguiado, antes de descender de forma segura.
El objetivo de Airbus con este proyecto es “democratizar el vuelo personal y responder a la creciente necesidad de movilidad urbana aprovechando las últimas tecnologías en propulsión eléctrica, almacenamiento de energía y visión artificial”, señalaron desde la compañía tras su primer vuelo de prueba.
Boeing también está en la batalla de la mano Aurora Flight Sciences. El gigante de la aeronáutica adquirió esta empresa de Virginia (EEUU) para aplicar sus investigaciones y desarrollo en automatización y robótica a los aviones. Además, tras una alianza el pasado año con Uber, se han centrado en la fabricación de sistemas avanzados no tripulados y vehículos aeroespaciales.
El modelo en el que están trabajando incluye ocho rotores de elevación para el despegue vertical y una hélice de crucero y alas para la transición a crucero de alta velocidad. También es eléctrico, por lo que se reduce tanto el nivel de emisiones como de contaminación acústica, y aunque puede operar con un piloto, está diseñado para ser totalmente autónomo. Los primeros vuelos de prueba de el eVTOL de Aurora están programados para comenzar en 2020 en Dallas (EEUU) y Dubái (Emiratos Árabes).
El ecosistema de UberAir
Uber está tejiendo una red de alianzas aeronáutica para impulsar el lanzamiento de los taxis aéreos. La fecha marcada: 2023. Para ello, junto a Aurora de Boeing, se suman a su red Karem Aircraft con su The Butterfly, que cuenta con cuatro grandes rotores montados sobre las alas y la cola para favorecer la propulsión. Sus ‘grandes’ rotores permiten usar menos energía de las baterías que las aeronaves con rotores más pequeños. EmbraerX también desarrolla su propio concepto de eVTOL, al igual que Icon Aircraft y Pipistrel.