En 1987, los autores David Cooperrider y Suresh Srivastva plantearon la necesidad de desarrollar una metodología alternativa a la resolución de problemas. La indagación apreciativa se puede definir como el estudio y la exploración de aquello que da vida a los sistemas humanos en su mejor versión.
Con este método es posible hacerse preguntas y construir a futuro sobre aquello que es positivo. Consta de 4 pasos que son: (1) descubrimiento de los procesos que funcionan bien, (2) sueño o visualización de lo que se quiere conseguir en el futuro, (3) diseño de los procesos que podrían funcionar bien, (4) implementación o destino.
La indagación apreciativa en su origen se apoya en cinco principios: (1) construccionismo, (2) simultaneidad, (3) poético, (4) anticipatorio y (5) positivo. Posteriormente se añadieron cinco principios adicionales: (6) consciencia, (7) narrativo, (8) congruencia, (9) libre contribución y (10) totalidad.
En la actualidad la indagación apreciativa se utiliza como una herramienta de consultoría efectiva para ayudar en los procesos de cambio organizacional y se ha aplicado con éxito en el sector público, privado y educativo. Una de sus ventajas en la positividad que se combina con un consenso grupal para visualizar y comenzar a desarrollar un futuro optimista basado en las fortalezas y los éxitos presentes.