Probablemente estés disfrutando de uno de tus últimos días de vacaciones o quizá ya hayas superado la primera semana y estás con la temida depresión posvacacional. El ambiente de la oficina no es el de una playa perdida ni un remanso de paz en la montaña… pero esto puede arreglarse. Investigadores del MIT están desarrollando el proyecto Mediated Atmosphere, que prevé una oficina inteligente que sea capaz de transformarse dinámicamente para mejorar la experiencia laboral de sus trabajadores.
¿Cómo? Analizando, a través de diferentes sensores el estado del trabajador: desde su expresión facial, su mirada, la orientación de su cabeza, su postura corporal, su temperatura, el ritmo de sus pulsaciones, su respiración… Analizando todos estos datos se puede manipular el ambiente para transformar el espacio y adaptarse a las necesidades en ese momento del trabajador.
Con un proyector y un equipo de iluminación y sonido, se puede generar una inmersión en un espacio diferente (una biblioteca para concentrarse en la lectura de unos informes, un río en medio de una montaña para calmar la ansiedad, o una tensa sala de control de mandos…). Las imágenes, la luz y el ambiente sonoro puede transportar al trabajador a ese lugar en el que puede llegar a ser más productivo y eficiente.
Esta es la clave: lograr la satisfacción del trabajador a través de una atmósfera creada a su medida en cada momento. Se trata de una infraestructura modular de control en tiempo real, que integra sensores de bioseñales, iluminación, proyección y sonido.
“Las cualidades sensoriales de un espacio tienen una influencia notable en nuestras experiencias y comportamiento. Se ha demostrado que manipularlo es poderoso y afecta el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y hasta la fisiología”, señalan los responsables de este proyecto del grupo Responsive Environments en el MIT Media Lab en su descripción.
Este particular puesto de trabajo inteligente utiliza biosensores y aprendizaje automático para optimizar entornos de trabajo personalizados. Esta infraestructura está compuesta por una pantalla sin marco, una red de iluminación personalizada, un equipo de altavoces, proyección de video y sensores de bioseñal portátiles. Se recopilan todos los datos, junto con el análisis de las imágenes utilizando herramientas de aprendizaje automático para abordar el reto de crear la oficina del futuro.