Una cosechadora que abarata los costes de recogida de la aceituna es el invento del grupo de investigación de Mecanización y tecnología rural de la Universidad de Córdoba (UCO). En concreto, la máquina se centra en el olivar tradicional productivo, que representa un 70% del olivar andaluz, que se encuentra en una situación complicada por su baja sostenibilidad económica.

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rnLa falta de mecanización integral para este tipo de cultivo ha provocado que nuevas plantaciones ya mecanizadas, como el olivar intensivo o el superintensivo, hayan superado con creces a un olivar tradicional que aún dedica un 40% de los gastos de la cosecha a la recolección.

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rnAhora, este equipo de investigadores españoles ha diseñado una cosechadora para el olivar tradicional de varios pies y grandes copas que permite a estos árboles mantener su posición en un mercado cada vez más competitivo.

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rnLa ausencia de mecanización de este tipo de cultivos se debe a su diseño dominado por grandes marcos con hasta 14 metros de separación, así como al hecho de que sean árboles con varios pies y copas grandes e irregulares.

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rnHasta el momento, la recogida de la aceituna quedaba en manos de cuadrillas de entre ocho y 12 personas, encargadas de manejar los vibradores, varear los olivos, recoger y mover las lonas.

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rnLa máquina diseñada por la UCO, sin embargo, se encarga por sí sola de derribar, recoger y dejar en sacos las aceitunas, simplificando el proceso y la reduciendo inversión en personal y tiempo.

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rnLa investigación llevada a cabo durante los últimos 10 años se ha centrado en encontrar una máquina que, mediante la vibración del follaje con sacudidores de copa, tire las aceitunas sobre unas superficies de recepción y que, con cintas transportadoras y sistemas de despalillado, dé como resultado un producto limpio que queda envasado en sacos y listo para ser transportado a la almazara.

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rnTeniendo en cuenta la magnitud de estos olivos, era necesario que esta máquina trabajase en círculos para poder abarcar toda la copa del árbol.

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rnA pesar de que este avance está pensado para dar nuevas oportunidades a los productores de olivar tradicional, su aplicación en olivar intensivo también presentaría muchas ventajas. En este tipo cultivo, donde hay hasta 300 olivos por hectárea con marcos de 7x5 metros, se podría duplicar la densidad reduciendo la distancia entre olivos a 2,5 metros y creando unos grandes setos lineales sobre los que la nueva cosechadora podría trabajar de forma lineal entre las calles, en lugar de hacerlo en circular.