Miedo a hablar en público? Siempre puede recurrir a un curso de oratoria, pero necesitará practicar mucho y no vale con hacerlo delante de la familia, sino en entornos realistas. Soraya del Portillo llevaba 16 años dedicándose a formar a directivos en estas habilidades, pero no quedaba satisfecha con la cuestión de la práctica. Así que ha creado Chiara, un ‘cóctel’ de realidad virtual e inteligencia artificial que mejora las habilidades de comunicación del alumno.
“Amo mi trabajo por encima de cualquier cosa”, reconoce Del Portillo a INNOVADORES. Sin embargo, tras tantos años de trabajo, no estaba satisfecha con el resultado de un curso concreto, el de oratoria. “Faltaba práctica”, reconoce. Este tipo de programas se presenta en jornadas de un par de días, donde, con suerte, cada alumno puede hacer dos o tres ensayos. “Pero mejorar como orador sólo se puede conseguir con la práctica y con la corrección por parte de un profesional”, asegura.
Así que Del Portillo se propuso digitalizar toda la experiencia acumulada en estos últimos 16 años. El resultado es una solución que combina realidad virtual e inteligencia artificial de forma única en el mercado. Chiara, que así se llama la plataforma, resuelve los dos problemas de los cursos tradicionales de oratoria. Uno, la práctica. Los alumnos pueden hacer sus discursos o presentaciones de la forma más realista posible gracias a 24 escenarios (desde auditorios hasta salas de reuniones) diseñados con realidad virtual. “No es lo mismo practicar delante de tus amigos, tu familia o un peluche que delante de una audiencia”, indica. “Muchos de los profesionales en España temen hablar en público por su aversión a ser evaluados”, añade.
El segundo reto era conseguir una respuesta. Portillo ha recurrido aquí a la inteligencia artificial. “Necesitábamos que el ‘coach’ virtual ofreciese un ‘feedback’ perfecto y objetivo”, señala. “Y hemos superado las expectativas”. A través del análisis del lenguaje natural, Chiara es capaz incluso de detectar más parámetros de los evaluados en el aula: la positividad del discurso, su influencia, el número de silencios, la duración de cada uno (para determinar si es estratégico o de bloqueo…), la velocidad, las inflexiones en el rango tonal, la intensidad o el volumen.
La herramienta incluso puede medir dónde ha estado mirando el alumno, gracias a los mapas de calor generados con las gafas. “Puede saber si ha estado fijándose en todas las personas de la audiencia por igual, a las diapositivas o al reloj”, comenta Del Portillo. La empresa también ha generado ‘acting’ en los escenarios, donde algunos asistentes virtuales se muestran empáticos, pero otros, distraídos o aburridos. “Lo normal es que el alumno deje de mirar a este segundo grupo y finalmente lo pierda”, comenta. Chiara registra el plano de coordenadas donde el usuario ha estado fijándose para después darle consejos de mejora.
Chiara se presenta, por tanto, como una herramienta única en el mundo. “No hay ninguna solución que use realidad virtual para practicar y que dé ‘feedback’ sobre cómo mejorar con inteligencia artificial”, subraya. La gran ventaja competitiva son, para su fundadora, estos consejos prácticos personalizados. “Incluye casi 2.000 recomendaciones basadas en esos 16 años de experiencia y ninguna se repite”.
De la misma forma que Chiara aporta objetividad al aprendizaje de una materia como la oratoria, también ofrece resultados cuantificables. “En los cursos de presentaciones tradicionales en aula no se podían medir”. Y el resultado de mejora medio por alumno ha sido muy alto: “conseguimos un 18,9% de mejora”. “Es una barbaridad”, apostilla.
El diseño de la solución no ha sido fácil. Del Portillo tuvo la idea en junio de 2015, pero hasta noviembre de 2016 no pudo arrancar el desarrollo porque no encontraba el equipo adecuado para este proyecto inédito a nivel global. Finalmente, reunió un grupo multidisciplinar de distintas partes del mundo: Colombia, Nueva York y España.
En febrero de este 2018, por fin, Chiara salió al mercado. Y el resultado ha sido abrumador, incluso para su fundadora. “El tiempo que el cliente tarda en adquirir un curso de formación en recursos humanos se encuentra entre nueve meses y un año”, indica. Su simulador, sin embargo, se vende en la segunda reunión. Es tan fácil como ponerse unas gafas y probar ‘in situ’ el producto. Así, la empresa ya se ha ganado la confianza de grandes como Santander, BBVA, Acciona, Aena, ING, Mahou, Vodafone, Telefónica o Ferrovial.
Del Portillo trabaja ahora en el desarrollo de la plataforma en inglés y espera lanzar esta versión a finales de este 2018. “No es una traducción, sino una transformación completa”, dice. Chiara ha recurrido a doctores de fonética y lingüística para esta versión. “No se puede traducir coletillas, expresiones o el rango medio de inflexiones”.