Producir un coche es un proceso eficiente. Levantar un edificio, no. Si la construcción carece de un modelo productivo óptimo, ¿por qué no fijarse en la automoción? O, mejor aún, en la Industria 4.0. Con esta idea en mente, la empresa gallega Emsamble ha creado una solución constructiva única en el mercado que permite fabricar una vivienda por completo… en un taller. Después, el montaje de las piezas se completa en cuestión de horas, logrando que la ejecución total de la obra sea cuatro veces más rápida que con técnicas tradicionales.
Hace cinco años, un equipo multidisciplinar formado por arquitectos, tecnólogos e industriales empezó a trabajar en el desarrollo de este nuevo proceso con dos objetivos. El primero, "optimizar la forma de construir los edificios". El segundo, crear "una arquitectura menos rígida y más adaptable a los cambios de las personas o empresas". "Tradicionalmente, la construcción ha sido lineal: se diseña, se construye y se demuele cuando deja de ser útil para la función que se creó", comenta el CEO, Sergio Sampedro. "Nosotros queremos convertir el modelo en uno de economía circular, que los edificios se puedan reconfigurar, ampliar o reubicar".
Para conseguirlo, en lugar de ‘copiar’ el proceso constructivo tradicional en la fábrica, como suele hacer la arquitectura modular, Emsamble ha desarrollado un sistema nativo industrial. No podía entonces ignorar los últimos avances de la fabricación digital. Su solución, por tanto, incorpora tecnologías como la realidad virtual, la robótica o la sensorización.
Para el diseño de los edificios, por ejemplo, la empresa ha desarrollado un software con una librería digital de elementos parametrizables. "Así no es necesario empezar de cero con cada proyecto nuevo", explica Sampedro. "Sólo hay que coger los elementos digitales y componerlos". De esta forma, no sólo se acelera el proceso, sino que es posible "acometer proyectos personalizados a un precio asequible". "A diferencia de la arquitectura modular convencional, nuestros modelos no son estándares, sino que nos adaptamos a las necesidades del cliente", afirma.
Emsamble también ha ideado un programa ‘traductor’ que convierte la información del proyecto arquitectónico en órdenes de fabricación. Así, las máquinas de control numérico de la fábrica son capaces de comprender la orden de producción automáticamente para construir las piezas de la obra con precisión milimétrica y cero errores.
La startup, además, modela cada proyecto en 3D para que el cliente pueda ver el edificio con realidad virtual y comprobar que realmente coincide con su idea inicial.
La industrialización de la construcción también permite vender una casa como si se tratase de un coche, es decir, con un precio, plazo y calidad cerrados de antemano. Sin sorpresas. "La gente está muy cansada de pasar por el calvario de hacerse una casa", dice el CEO. Para una vivienda de entre 100 y 200 metros cuadrados, el plazo de ejecución total es de 10 semanas y dos días de montaje.
A pesar de que Emsamble tiene poco más de un año de vida como compañía, ya ha acometido obras tanto para particulares como empresas. En la Península y fuera de ella. La compañía ha realizado proyectos en Canarias, Panamá o Francia. "Otra ventaja competitiva es que transportamos el 100% del producto terminado sin tener que desplazar equipos especializados al lugar de la construcción", apunta Sampedro. En su caso, a diferencia de la arquitectura modular de toda la vida, el ‘montaje’ de las piezas del edificio no penaliza al coste.
Un equipo variopinto
Emsamble está formada por profesionales de distintas disciplinas que aportan una visión holística: Prometal (socio industrial), STGO (estudio de arquitectura), + Bim Studio (TIC), Ángel Ramos (promotor del sistema) y el propio Sergio Sampedro.