No solo hay imaginar el futuro, sino que hay que imaginar cómo mantener ese futuro. Con esa premisa se ha celebrado la primera edición del Festival del Mantenimiento en Londres, impulsado por gente del Architects for Social Housing, V&A Museum, Open Collective o Kings College London. La idea de este evento surge para defender el mantenimiento como concepto “menos visibles y menos valorado, aunque esencial”.
El mantenimiento no siempre es un proceso rutinario, sino que puede ser una tarea altamente cualificada, señalan desde el festival. “Mantener las cosas puede ser más difícil que hacerlas”. En este sentido, una de las conclusiones de esta primera cita es que, en un ecosistema maduro, la creatividad y el mantenimiento van de la mano.
En su intervención en esta jornada, que se inspira en los debates de Maker Assembly, Lee Vinsel ha puntualizado que la tecnología no es en sí misma innovación y matiza que la infraestructura es un elemento crucial en el proceso.
Otro de los debates se ha centrado en la formación de los ingenieros, ya que en los países industrializados la educación de estos profesionales se centra en lo que podría llamarse diseño o innovación, aunque después en su trayectoria el 70% de los ingenieros trabajarán en el mantenimiento y la supervisión de los programas ya existentes. ¿Es esto innovación?
En esta jornada también ha habido espacio para las cifras. Janet Gunter, de The Restart Project, promueve la reparación “colaborativa” de los dispositivos electrónicos que tenemos. De hecho, en su intervención, ha apuntado que los móviles pueden dejar una huella de carbono del tamaño de Austria, por lo que la clave es intentar ampliar, al menos, un tercio la vida de estos dispositivos para mitigar la huella que dejamos.
Festival del Mantenimiento
“Es una celebración de los que mantienen diferentes partes de nuestro mundo, reconociendo el trabajo de reparación, custodia, administración, atención y cuidado de las cosas que importan”. No son antimakers, pero casi.