La sombra del próximo Black Friday planea sobre las intervenciones del Packlink Marketplaces Day. Ese día se pondrá a prueba de nuevo la estabilidad de todo el ecosistema en torno al ecommerce, la fiabilidad de la cadena de suministro, la robustez de la tecnología. Lo hará en un año en el que se ha acentuado, además, la convergencia entre el mundo online y offline, lo que contribuye a añadir complejidad a todo el proceso.
"Vender es lo más fácil", asegura Paco Tormo, cofundador de Singularu. Pero cerrar la compra de un producto es solo la primera milla. El verdadero reto de los ecommerce llega con todo lo que pasa hasta que el cliente la recibe.
"Amazon nos ha puesto el listón muy alto", reconoce Noelia Lázaro, directora de marketing de Packlink, sobre la necesidad de que los envíos lleguen a su destino lo más pronto posible. Además, los consumidores españoles son especialmente exigentes en todo lo vinculado a la necesidad de recibir cuanto antes los productos, lo que aumenta la dificultad logística, y quieren recibirlos siempre en su casa. "En países como Reino Unido son más habituales los puntos de recogida públicos", comenta, y aunque en España el fenómeno está creciendo, todavía no es significativo.
"Los clientes son exigentes porque si quieren algo, lo quieren bien", asegura María Barbasán, CEO de Preciosea, para quien es urgente que las compañías de transportes implementen la tecnología que ya está disponible para facilitar el seguimiento continuado de los pedidos, y con ello mejorar la experiencia del cliente.
Y ahí se desata el debate. Tormo insta a "encontrar medios de transporte que no requieran de personas ni combustibles fósiles", y reclama "tecnología para trazar el envío, que ya existe, los grandes del sector del transporte ya la tienen, pero aparece Glovo y hace un seguimiento espectacular, porque falta la voluntad de invertir dinero".
Según Lázaro, "el modelo logístico de las grandes transportistas era fundamentalmente b2b, pero hemos pasado a un modelo de entrega de paquete a paquete y no se han adaptado". El motivo: "El ecommerce no tiene nivel para que las empresas que viven del transporte de toda la vida les valga la pena".
En paralelo a ese proceso de adaptación, Miguel Giner, de Sales Layer, recomienda "tener la información del producto al día, poner ideas en un catálogo y generar un flujo de información produce frustración al principio, pero luego facilita las cosas. Empresas que quieren ir al mundo online, a veces no tienen la información centralizada". Y Marina Moya, CEO de Bolsalea.com, destaca el valor de una cartera de clientes "fieles" que aseguren "compras recurrentes".
Los 'marketplaces' en España
Sobre la situación de los marketplaces de España, Lázaro reconoce que no es un mercado todavía maduro como es el caso de Inglaterra o Alemania, pero que dentro del marco europeo los españoles son los vendedores más activos fuera de sus fronteras.
"Contamos con una ventaja competitiva muy importante porque tenemos productos muy codiciados fuera, como por el ejemplo el calzado o la piel", afirma. De hecho, el 50% de las empresas que utilizan Packlink para sus envíos a través de marketplaces realizan envíos internacionales.
La principal barrera son los márgenes de entrada para empezar a comercializar sus productos en las plataformas múltiples y el precio, cada vez más alto, de captar nuevos clientes. "No podemos dejar que nuestro negocio sea solo online porque los costes de adquisición son cada vez más altos", lamenta Juanma Botías, CEO de Colonvo, una compañía de gafas que apuesta por un modelo de negocio híbrido en el que la web sea la puerta de entrada, pero no el único espacio del costumer jorney.
Cuidar la marca
La identidad de marca es una de las principales barreras de los ecommerce al dar el salto a los marketplaces. "Amazon se come la marca", por lo que no se logra fidelizar al usuario, dice María Barbasán, CEO de Preciosea.