Después de investigar 497.796 exposiciones en 16.002 galerías, 289.677 exposiciones en 7.568 museos y 127.208 subastas en 1.239 casas de subastas, de 143 países durante 36 años, investigadores de centros de EEUU, Croacia, Austria e Italia han cuantificado las barreras para que un artista tenga éxito y proponen nuevos mecanismos de acceso a los espacios de prestigio, como procedimientos de selección a ciegas.
De hecho, en áreas de actividad humana donde el rendimiento es difícil de cuantificar de manera objetiva, la reputación y las redes de influencia desempeñan un papel clave en la determinación del acceso a los recursos y recompensas.
Un ejemplo del poder de la reputación es El hombre del casco de oro, una pintura del siglo XVIII atribuida a Rembrandt, fue la obra de arte más famosa de Berlín durante décadas. Sin embargo, una vez que surgieron pruebas, en la década de 1980, de que la pintura no era de Rembrandt, perdió gran parte de su valor artístico y económico, aunque la obra de arte en sí no había cambiado.
Como afirman los investigadores de este estudio, “la calidad en el arte es esquiva”, porque el arte apela a los sentidos, placeres, sentimientos y emociones individuales y esto implica subjetividad, algo que es difícil calcular.
“El reconocimiento depende de variables externas a la obra en sí: como su atribución, la obra del artista, el lugar donde se exhibe y la relación de la obra con la historia del arte en general”, señalan los investigadores.
Por ejemplo, para demostrar que las carreras artísticas pueden interpretarse según el contexto de las instituciones a las que tienen acceso, este estudio agrupó a los artistas por el prestigio promedio de sus primeras cinco exposiciones. Así, asignaron un artista una alta reputación inicial si su trabajo estaba expuesto en el 20% de las instituciones más importantes del momento.
Así, se ha probado que una década después de su quinta exposición, el 39% de los artistas con una reputación inicial alta continuaron exhibiendo. Además, de los 4.058 artistas con reputación inicial alta, el 58,6% permaneció en el territorio de alto prestigio hasta el final de su carrera.
Este “efecto de bloqueo” no se registró en gran medida en los artistas considerados de baja reputación inicial: su recepción mejoró con el tiempo, avanzando lentamente hacia instituciones de creciente prestigio.
En general, la reputación inicial (es decir la calculada con las cinco primeras exhibiciones) predijo el éxito en una variedad de medidas: los artistas con reputación inicial alta tuvieron el doble de exposiciones que los artistas con reputación inicial. Además, el 49% de las exposiciones de artistas de reputación alta inicial ocurrieron fuera de su país de origen, en comparación con el 37% de los artistas de reputación baja inicial. Y los artistas de reputación inicial alta mostraron una mayor estabilidad en prestigio institucional.
Por último, las carreras artísticas se caracterizaron por “una fuerte dependencia” en el que caso de los artistas que comenzaron relacionados con las instituciones de alto prestigio. Estos artistas, además, mostraron “una menor tasa de deserción y tendieron a mantener su estatus”. Por el contrario, aquellos que comenzaron en la periferia de la red mostraron una alta tasa de deserción, pero si persistieron, su acceso a las principales instituciones mejoró gradualmente.