Para algunas personas como Donald Trump, la realidad se mide en el corto plazo y las miras más allá del horizonte visible no revisten interés alguno. Sin embargo, para cualquiera con algo de ambición, elevar nuestras expectativas y preocuparnos por los grandes desafíos de la Humanidad suele ser un ejercicio más que relevante. Un escenario de juego retador, pero que ofrece al mismo tiempo una oportunidad de hacer grandes cambios, tecnología mediante.
Uno de esos grandes retos es el que pasa por la mera supervivencia de la especie. El cambio climático supone un problema de difícil solución que requiere, entre otras mejoras, la incorporación de nuevas flotas de vehículos eléctricos en lugar de los contaminantes combustibles basados en el petróleo. Descarbonización de la automoción que no es tan sencilla ni inmediata como parece. Javier González Pareja, presidente del Grupo Bosch en España, admite que "la electrificación jugará un papel predominante en el futuro: creemos que para 2030 llegará a un 25% de todos los coches existentes, contando híbridos y eléctricos". Pero, como explica el ejecutivo, "el motor de combustión interna todavía se puede seguir mejorando y tampoco queremos cerrar la puerta a combustibles que no contaminaran nada y que se pudieran aplicar al parque de automóviles ya existente". El debate queda servido.
Otro de estos desafíos, siguiendo en la línea de la energía, tiene que ver con la creciente urbanización de la sociedad. Como reflejaba esta mañana Javier González Pareja, "el 70% de la población en Europa vivirá en entornos urbanos para 2050. Actualmente ya estamos en torno al 60%. Esto provocará un aumento del consumo energético, estimado en un 30% más hasta 2035". Tecnologías como el hogar conectado o las soluciones de gestión inteligente de edificios se antojan, en este escenario, claves para un futuro más sostenible.
Y cerrando el círculo de los grandes desafíos de la Humanidad, la alimentación de una población en plena ebullición no puede pasarse por alto. En ese sentido, la industria tecnológica ya se está posicionando en torno a la agricultura inteligente; sistemas que permiten prevenir heladas o gestionar el riego. Por ejemplo, Bosch ya cuenta con 30 implementaciones de esta índole en plantaciones de toda España que están abordando esta eixgente demanda del futuro.
Y por debajo de todo ello, explican desde la firma germana, habrá una capa de conectividad, que en opinión de González Pareja es el "mercado principal, por encima incluso de la electrificación". Quizás por ello, o quizás llevados por la tendencia masiva hacia estos conceptos tan populares (Internet de las Cosas, Internet de todas las Cosas y demás variantes) en nuestros días, Bosch se ha planteado como reto que para 2020 todos sus productos electrónicos tienen que tener conectividad a Internet. En la actualidad, esa tasa ronda el 60%.
Inteligencia artificial
Bosch también se muestra ambiciosa en la arena de la inteligencia artificial. "Todos los productos serán diseñados, fabricados o equipados con inteligencia artificial en los próximos años. Por eso dedicamos 300 millones de euros al año en inversión en este terreno", concluye Javier González Pareja.