El concepto de los autómatas ha fascinado al ser humano desde las antiguas civilizaciones hasta nuestros días. Durante las últimas décadas, los robots están mejorando en destreza e inteligencia gracias a los avances acelerados en áreas como la inteligencia artificial.
En 2013, McKinsey Global Institute publicó el estudio Disruptive Technologies: Advances that will Transform Life, Business, and the Global Economy (Tecnologías disruptivas: avances que transformarán la vida, las empresas y la economía global) describiendo la robótica avanzada como robots cada vez más capaces, con sentidos mejorados, destreza, e inteligencia que se utilizarán para automatizar tareas o trabajar de forma complementaria con los humanos.
En un estudio desarrollado por Deloitte, Singularity University y Compete, titulado Exponential technologies in manufacturing (Las tecnologías exponenciales en la fabricación), se define la robótica avanzada como máquinas o sistemas capaces de aceptar órdenes de alto nivel.
En el estudio se estima que el gasto en robótica avanzada aumentará desde los 92 billones de dólares americanos en el año 2016 hasta los 225 billones para el año 2021. Los segmentos de mercado en los que la robótica avanzada crecerá con mayor intensidad incluyen la industria, el consumo y la salud.
Uno de los desafíos más importantes que plantea la llegada de la robótica avanzada es la necesidad de que los humanos potencien una serie de habilidades para trabajar conjuntamente con las máquinas de alto nivel. Estas habilidades incluyen creatividad, comunicación, negociación, liderazgo o adaptabilidad entre otras.