No se trata de una simple moda. La ‘carne cultivada’ se ha convertido ya en un estilo de vida. Incluso más allá de los ‘veggies’. Tanto que incluso en el CES uno de los productos que más deslumbró fue Impossible Burger 2.0, la nueva versión de la hamburguesa 'sangrante' a base de proteína vegetal con una fórmula mejorada que promete ser todavía más parecida a la carne real. Junto a las hamburguesas, los sustitutos del pollo (como el de la startup española Foods for Tomorrow con su Heüra) o la carne cultivada sin sacrificio animal (como la de la también española Biotech Foods) producida a partir de células animales.
Por eso no sorprende que en su debut en bolsa este jueves, la acción de Beyond Meat se revalorizaba nada menos que un 163% en una jornada, hasta superar los 65 dólares por acción en el índice Nasdaq, cuando el precio de salida era de 25 dólares. La valoración de la compañía, que produce diversos productos alternativos a la carne a base de proteínas vegetales, se ha situado así en 1.500 millones de dólares.
La CE recoge en su último informe que el mercado de legumbres y proteínas vegetales procesadas está en expansión, debido a una mayor demanda de alimentos ecológicos y a un incremento de las personas que optan por dietas veganas y vegetarianas en los últimos años.
En nuestro país, según el informe The Green Revolution elaborado por la consultora Lantern, el 6,3% de los consumidores son flexitarianos, el 1,3% vegetariano y el 0,2% se inclina por la dieta vegana. Juntos suman cerca de 3,6 millones de españoles.
Según Mintel, los consumidores, motivados por aspectos como la salud, el medio ambiente y el bienestar animal, tratan de reducir en su dieta el consumo de proteína de origen animal. Así lo afirma el 41% de los consumidores de carne procesada del Reino Unido. Y lo mismo ocurre en Italia con los productos lácteos, donde el 32% de los consumidores también ha disminuido su consumo diario. La fuente de proteína vegetal más consumida actualmente es la soja, aunque van a apareciendo en el mercado nuevas proteínas procedentes de legumbres (garbanzos, lentejas, judías…), algas, guisantes, cáñamo, chía y quinoa.
Según Beatriz Pérez, del departamento de Nuevos productos de AINIA: "El consumidor actual demanda alimentos naturales, ricos en proteínas, mínimamente procesados, con ingredientes reales que sean saludables y nutritivos, respetuosos con el medio ambiente y sostenibles. Por ello, el sector de alimentación, a través de la tecnología, debe hallar nuevas fuentes de proteínas que ofrezcan una respuesta satisfactoria a un consumidor que apuesta por la calidad nutricional de la proteína de origen vegetal, biotecnológica, de origen animal (insectos) e incluso fuentes más incipientes como los cultivos celulares”.
El mercado de productos basados en proteínas vegetales se estima en más de 300.000 millones de dólares en 2054, según Lux Research. Otro dato que apoya esta tendencia es que el 50% de los millennials en EEUU, comen alternativas cárnicas de origen vegetal, varias veces por semana, cuando sólo el 5% de ellos se declaran veganos. De hecho, hay quien – como Jeroen Willemsen director de The Protein Cluster- opina que las alternativas a la carne serán “el Tesla de la industria de la alimentación”.