Conflict Zone quizá no diga mucho. DW News tal vez menos. Y Deutsche Welle (DW) quizás algo más. Pero si hablamos de una polémica entrevista que el ministro de Exteriores Josep Borrell decidió abandonar -indignado- en marzo en un canal de televisión alemán, probablemente suene familiar. El canal es DW News y DW, la corporación mediática pública de Alemania para el exterior.
DW emite en 30 idiomas, cuenta con 3.000 trabajadores de 60 países y llega a más de 157 millones de personas vía satélite, con 5.000 emisoras asociadas a internet, recepción móvil y onda corta en África y parte de Asia. A sus más de 60 años, sigue reinventándose. Al mando de su transformación está Guido Baumhauer, director de Distribución, Tecnología y Marketing. Le entrevistamos en el Festival Internacional de Periodismo en Perugia (Italia).
"Tienes que ser innovador en un mundo en constante cambio, caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad [lo que se conoce como VUCA]", explica a INNOVADORES. La clave del éxito reside en el modo de afrontar esos desafíos día a día, en "innovar en la creación y distribución de contenido, mientras nos adaptamos a la demanda".
Y apostilla: "Si bien tomamos un enfoque estratégico para algunos problemas, también hemos hecho espacio para experimentos e incluso fracasos". En 2017 nació, en efecto, el DW Lab, "que ha alentado a un gran número de compañeros a desarrollar sus ideas -desde infografías animadas, o formatos que empoderan a las mujeres en Asia, a bots- y crear equipos multifuncionales para producir sus prototipos".
Según Baumhauer, lo más difícil es "formar y aprender habilidades digitales", por ejemplo, nuevas formas de sacar las conclusiones correctas del análisis de datos. También lo es "implementar una ‘mentalidad digital’ y aceptar el cambio", y decir no "a cosas nuevas que parecen innovadoras, pero no coinciden con nuestra visión y objetivos".
El proceso de transformación digital, dice, "afecta a los flujos de trabajo, las estructuras, los modelos de liderazgo y, por último, pero no menos importante, a nuestros roles individuales dentro de la organización". "Personalmente, siento mayor necesidad de determinar qué aportan el liderazgo digital y la gestión ágil, palabras de moda".
Hablando de términos de moda: cómo puede ayudar la inteligencia artificial (IA). "El exceso de información está ahogando al periodismo. Tamizar y filtrar se vuelve más complejo y se acumulan las decisiones que debe tomar un editor. Necesitamos liberar sus recursos, y ahí es donde la IA puede ayudarnos", afirma.
Como DW proporciona contenido multimedia en 30 idiomas, "estamos desarrollando una herramienta -news.bridge- que ofrece transcripción, traducción y voz en off automatizada para el contenido de vídeo. Nuestros editores pueden dedicar más tiempo a tareas más importantes, como la investigación en profundidad".
Otro proyecto es SUMMA: un tablero de instrumentos para la inclusión multilingüe que integra herramientas de reconocimiento de voz o traducción automática con capacidades de comprensión profunda del lenguaje. "Cualquier contenido se transcribe, traduce, agrupa y etiqueta automáticamente", dice Baumhauer. "Nuestras pruebas en 13 idiomas muestran un aumento en la distribución de contenido interno, ya que SUMMA permite a los editores realizar un seguimiento de un vistazo".
Por otra parte, la IA crea oportunidades de distribución de contenido, como la tecnología de voz, que DW usa en varios idiomas "para llegar a nuestras audiencias y mejorar la experiencia de usuario con altavoces inteligentes". DW codesarrolló, asimismo, la plataforma de verificación Truly Media, que responde "a la necesidad periodística creciente de desacreditar el contenido falso de forma colaborativa y en tiempo real. Es un proyecto conjunto con la griega ATC, financiado por la Comisión Europea y la Google News Initiative. Desde su lanzamiento, en noviembre de 2017, se ha refinado en colaboración con nuestros editores de redes sociales, sumando a la geolocalización o el reconocimiento de imágenes nuevas funciones. Amnistía Internacional es nuestro primer cliente externo".
Baumhauer ve "una línea roja en el aspecto moral del sesgo de la IA. Los datos y códigos que subyacen a estos sistemas nunca están libres de valores, porque son seres humanos quienes los desarrollan, administran y encargan con objetivos específicos. Es esencial ser conscientes y transparentes, y evitar que la información sesgada entre en nuestro contenido. Si bien se pueden automatizar piezas basadas en hechos y resultados -por ejemplo, los deportivos- las historias complejas y significativas, así como los artículos de opinión que requieren experiencia, emoción y juicio necesitarán siempre editores humanos".
A los profesionales de los medios, Baumhauer les aconseja "no olvidar que dependemos de un recurso delicado: la confianza de nuestros usuarios, lectores, espectadores y oyentes. La IA está cambiando profundamente el panorama y mantener la credibilidad será más importante que nunca. Si los robots asumen tareas editoriales a mayor escala, debemos asegurarnos de que nuestros usuarios sepan con quién pueden relacionarse y quién debe rendir cuentas".
Y un alegato final. "Si los medios de comunicación queremos sobrevivir, debemos asumir riesgos. Ser conscientes de ellos sin dejar de aprovechar el potencial de la tecnología".