En medio de un contexto marcado por la batalla comercional entre Estados Unidos y China y su eco en Europa y unas regulaciones cada vez mñas restrictivas en cuanto a las emisiones contaminantes de los vehículos, el presidente ejecutivo de la firma española proveerdora del automóvil Gestamp, Francisco Riberas, ha reclamado que España "necesita prepararse para ser ofensivo y no defensivo con prohibiciones" ante el reto de la producción de vehículos eléctricos.
En los próximos 20 o 30 años la cantidad y el tipo de coches fabricados va a cambiar y España debe aspirar a cubrir entre el 15% y el 20% del parque eléctrico, ha dicho. Por eso, nuestro país, asegura, no puede perder la oportunidad de reclamar ser sede no solo de chasis y ensamblaje, sino de la fabricación de las baterías que regirán los coches del futuro y que, debido a su peso, serán difíciles de transportar.
"No es una amenaza, pero necesitamos estar preparados y no dudo de que seremos competitivos, más productivos y menos defensivos", ha señalado, y ha aclarado que una mayor competitividad en ese ámbito "no necesariamente pasa por ayudas públicas". España no puede vivir, ha lamentado, de turismo y servicios, y el sector del automóvil se configura a su juicio como una punta de lanza de la competitividad de España a nivel internacional.
Para Riberas, la clave está en acometer "nuevas inversiones" sobre estas tecnologías "manteniendo niveles de competitividad que sean atractivos para los dueños de esas plantas" y eso está lejos de las sanciones que se queiren imponer o de la restricción, de la que tanto se ha hablado pero sobre la que todavía no hay ninguna seguridad, de los vehículos diesel para 2040.
Riberas ha considerado que "es parte del futuro" que España tenga alguna planta de fabricación de coches eléctricos "por cuestiones de organización y logística", así como de fabricación de baterías, pero reconoce que el mercado de los coches eléctricos es todavía "un misiterio" por la confusión y las dudas que agitan el sector de la automoción. De hecho, el presidente de Gestamp ha dicho que ninguno de sus clientes está seguro de si va a cambiar rápidamente su producción de coches de combustión a eléctricos.