El aeropuerto, ese lugar de paso obligatorio en los viajes que puede convertirse en el mejor aliado para el turista o en su peor pesadilla. La digitalización de los pagos es una herramienta clave para facilitar la estancia del usuario. El simple hecho de coger un café antes de subir al avión sin tener que hacer colas kilométricas puede marcar la diferencia.
"La experiencia del viajero en el aeropuerto va a definir su valoración", afirma la directora de retail y comercios de Visa para el sur de Europa, Roble Dorronsoro, en Innovar para Viajar, el espacio de Visa e INNOVADORES en el programa Gente Viajera de Onda Cero. En este campo también trabaja la compañía. "Queremos que el momento del pago sea muy parecido al que ya tenemos en la calle, con la facilidad de pagar con móvil o el reloj y con la misma seguridad", comenta. "Nuestro objetivo es que los aeropuertos no se queden atrás".
Para conseguirlo, Visa se ha aliado con un potente actor en este mercado. La española Áreas tiene concesiones de restauración en 20 aeropuertos nacionales, 72 millones de clientes al año y 562 establecimientos en el país. "Estamos poniendo al viajero en el centro", señala el director de Concepts & Standards de Áreas para Iberia, Félix Gómez. Para satisfacer sus necesidades combinan conceptos que triunfan en la calle con otros creados específicamente para las instalaciones aeroportuarias. "Queremos que el cliente tenga la mejor experiencia y eso obliga al pago digital".
Visa y Áreas han emprendido un proyecto en seis aeropuertos de España y en la estación ferroviaria de Sans en Barcelona. Durante cuatro meses, han promovido el pago digital a través de una serie de acciones y 240.000 premios, que incluyen desde café y agua gratis hasta desayunos completos, vales de descuento de 10 euros en sus tiendas o seis premios de 1.000 euros en tarjetas de prepago de Visa.
El resultado no puede haber sido más exitoso: en este tiempo han registrado un incremento superior al 22% con tarjeta Visa en las transacciones de los establecimientos de Áreas. "La idea era simplificar el momento de pago para acortar tiempo y evitar las ineficiencias del efectivo, no solo para el cliente, también para nosotros", explica Gómez. Para conseguirlo, la empresa española también ha reforzado la capacitación de sus empleados. "Estamos encantados y sorprendidos de cómo ha funcionado el proyecto".