Qué tienen en común Belinda Lay y Rubén Blanco si ella está en Australia y él reside casi en sus antípodas. Son ganaderos con animales criados en praderas y montes. Belinda pastorea ovejas y Rubén, vacas. Ambos tienen conectados y monitorizados a sus animales mediante los collares inteligentes de Digitanimal.
La ganadera australiana abre en su móvil la aplicación de la compañía española para rastrear en línea el movimiento de las ovejas y corderos. El proyecto nació precisamente debido a la preocupación de un ganadero por geolocalizar el ganado que se cría en régimen en extensivo en las zonas de pasto de la provincia de Ávila.
"A los pocos días de nacer, unos terneros sufrieron la enfermedad de diarrea vírica. Si no se les ubicaba en 24 ó 36 horas, corrían el riesgo de perecer por deshidratación. Echamos en falta una herramienta tecnológica para encontrarlos a tiempo", cuenta Rubén Blanco, cofundador y director comercial de Digitanimal, que surge en 2015 como satélite de la compañía Sensowave, dedicada al desarrollo de dispositivos de internet de las cosas (IoT) y a plataformas en el sector de la seguridad y la defensa.
El desarrollo de sensores de muy alta frecuencia de sistemas sin el uso de radiación para inspeccionar personas ha servido de base a esta empresa para controlar y monitorizar con exactitud los 6.000 animales que campan a sus anchas en la naturaleza de casi 40 países en el mundo. Vacas, ovejas, cabras, caballos,... y también es de gran utilidad para la fauna salvaje.
Cómo se comporta
"¿Hasta dónde ha viajado mi oveja a lo largo del día de hoy?", se pregunta Belinda, quien continúa analizando la aplicación de Digitanimal tomando un café mientras lo comparte por su cuenta de Twitter. "El collar que lleva cada animal incluye un dispositivo con sensores conectados a través de GPS que emiten datos acerca del comportamiento del animal que, contrastados con el conocimiento de sus hábitos, detectan su localización, y cualquier anomalía o circunstancia relevante en su salud y bienestar", explica Carlos Callejero, cofundador también y director de la compañía que ha sido la primera en el mundo en ofrecer servicios de monitorización de ganado a través de Sigfox, primera red específica para IoT.
Callejero detalla su funcionamiento en la práctica: "El collar monitoriza la actividad física del animal, su geoposicionamiento y su temperatura superficial. Entre 30 y 11 minutos envía información a través de una antena a nuestros servidores en internet. Es entonces cuando los algoritmos que hemos desarrollado analizan los datos en busca de patrones que rompan con el comportamiento normal del animal".
Esta distorsión sirve para identificar si lo que le sucede es un celo, un parto o una anomalía que tenga que ver con algún fenómeno meteorológico.
El que los expertos de Digitanimal dispongan de ganadería propia ha facilitado la validación de diversas versiones de prototipos y trabajar en el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial, válidos para solucionar problemas de gestión de animales y contribuir a su bienestar, "gracias a la información rigurosa basada en registros recopilados por los sensores de actividad, temperatura y geolocalización en los collares", refrenda el ganadero Rubén Blanco.
Relación con su entorno
La información del dispositivo, que se basa también en tecnologías como analytics y big data, se compara con los datos del histórico de cada animal y se coteja con la del resto de las cabezas de ganado que lo rodean.
"Y estudiamos esa interrelación del animal con su entorno, pues somos capaces de afinar un poco más. El ganadero quiere detectar anomalías que puedan llevar a la pérdida de un animal o a disminuir su productividad, porque no ha sido capaz de detectar sus períodos de celo ni de atender al animal durante los momentos de parto", comenta el director de Digitanimal, que persigue un fin de más calado: que la ganadería sea más productiva.
Zonas de sombra
Unos 150 km2 en la Sierra de Urbasa (Navarra) ya no forman parte de las zonas sin internet que padece el medio rural en España y Digitanimal tiene la culpa gracias a que ha instalado una antena de IoT. No solo monitoriza el ganado, sino también reduce la brecha digital de las personas de la comarca, a través de la tecnología de Sigfox.