Cuál es el único trabajo que todos debemos hacer y que, seguramente, todos odiamos? La limpieza. Afortunadamente contamos con la ayuda de robots de todo tipo que nos echan una mano en estas pesadas tareas. Son precisos, son efectivos, no se cansan…¡y no sienten vértigo!
Ahora, dos empresarios israelíes Avi Abadi y Yaron Schwarcz están decididos a automatizar el arriesgado trabajo de limpiar las ventanas de los rascacielos. Un trabajo que deben realizar especialistas en trabajo en altura, empleando andamios o poniendo sus vidas en manos de un sistema de arneses y poleas. Es un trabajo peligroso con un riesgo innecesario, así que, ¿por qué no conseguir que lo haga un robot? Así nace Ozmo, el robot limpia ventanas de Skyline Robotics.
Ozmo emplea la visión artificial y el aprendizaje automático para adaptarse a la geometría de los rascacielos y crear el patrón de limpieza más efectivo. Para entrenar esa inteligencia artificial, Abadi y Schwarcz consiguieron la licencia de trabajo en altura y estuvieron trabajando limpiando cristales de rascacielos durante dos meses. “Ningún salario puede pagar el riesgo que esos operarios asumen”, dice Abadi.
Esa experiencia les sirvió para entrenar a su nuevo robot. A diferencia de los humanos, los robots necesitan mapas 3D para hacer su trabajo. Antes de ponerse manos a la obra, es necesario ingresar en el sistema un plano detallado de la superficie que se va a limpiar. De esta forma, Ozmo puede reconocer si una ventana está abierta o cerrada o cualquier obstáculo en la estructura. Los brazos robóticos pueden adaptarse a cualquier andamio preparado para el trabajo de limpieza tradicional
Este sistema de limpieza no emplea detergentes, tan sólo utiliza agua destilada. Emplea un proceso conocido como ósmosis inversa. Así se evita la utilización de productos químicos y , por tanto, es más respetuoso con el medio ambiente. Además, es mucho más rápido. Sus creadores aseguran que, con el método tradicional, un rascacielos de 40 pisos necesitaría el trabajo de tres operarios durante 480 horas. Ozmo puede acelerar ese proceso 18 veces y con tan sólo un operario dirigiéndole de forma segura desde abajo.
Por el momento Skyline Robotics sólo trabaja en Israel, pero ya ha llegado a un acuerdo con los laboratorios ICONYC de Nueva York lo que permitirá, tal como asegura Schwarcz, poder entrar desde la gran manzana al mercado estadounidense.