Su sabor cautivador, su textura y sus propiedades saludables han encumbrado al aceite de oliva en la gastronomía y ahora el oro líquido explota, gracias a una investigación de científicos del IBEC y la Universidad de Granada, sus cualidades antimicrobianas en la lucha contra la resistencia bacteriana.
De hecho, el uso inadecuado de los antibióticos ha provocado la aparición de bacterias multirresistentes capaces de sobrevivir ante la acción de los medicamentos. Esto está generando “un problema de salud global que cada vez causa la muerte a más personas”, afirma Eduard Torrents, investigador principal del grupo de Infecciones Bacterianas: Terapias Antimicrobianas del IBEC y colíder del estudio.
Por ello, encontrar alternativas a los antibióticos comunes es, hoy en día, una prioridad y una necesidad urgente. Y en este camino han realizado su investigación este equipo de científicos, porque del aceite de oliva ya se conocen sus propiedades antiinflamatorias, sus beneficios para el sistema cardiovascular o sus efectos antitumorales, recuerdan desde la IBEC. Ahora, estos científicos han sintetizado los dos componentes del aceite de oliva con más potencial antimicrobiano: el ácido oleanólico y el ácido maslínico.
Esta investigación, publicada en la revista ACS Infectious Diseases, revela por primera vez cómo las propiedades antibacterianas de las moléculas obtenidas “superan con creces” a las de los compuestos originales.
“Las propiedades antimicrobianas de los ácidos oleanólico y maslínico se conocen desde hace años. De hecho, estos ácidos presentes en las aceitunas no solo no son nocivos para las células de nuestro organismo, sino que, además, las bacterias no son resistentes a su actuación”, explica Eduard Torrents.
Sin embargo, a pesar de estas ventajas, puntualiza Torrents, “su actividad antimicrobiana solo se ha probado in vitro y, hasta ahora, no se había encontrado derivados que mejorasen su actividad”. Lo más relevante, añade, es que las bacterias no mostraron ser capaces de generar resistencia ante ninguno de los dos compuestos del aceite de oliva.
Materia prima natural
El estudio subraya la importancia de utilizar una materia prima natural para crear compuestos terapéuticos. “Escogimos los ácidos oleanólico y maslínico por dos motivos: son abundantes en un producto natural tan cotidiano como la aceituna y requieren muy pocas transformaciones químicas”, señala el investigador Luis Álvarez de Cienfuegos.
En este sentido, incide en que los residuos industriales del aceite oliva son “una fuente inmejorable de ambos ácidos” y añade que su sintetización a partir de los ácidos originales es “relativamente sencilla”.
Contra las infecciones en hospitales
Entre sus aplicaciones, destaca cómo estos compuestos podrían ser de gran utilidad contra la actividad antimicrobiana en los biofilms de catéteres, donde ya han sido probados con resultados positivos. Alrededor del 5% de todos los pacientes adquiere una infección durante su estancia en el hospital. Estas infecciones, denominadas infecciones nosocomiales, suelen estar causadas por la bacteria Staphylococcus aureus y conllevan una elevada morbilidad y mortalidad.
“La mayoría de las infecciones nosocomiales se originan durante procedimientos invasivos, como la aplicación de catéteres o prótesis. Por desgracia, las superficies de estos dispositivos favorecen la formación de biofilms, ecosistemas bacterianos con tasas de resistencia a antibióticos hasta 1.000 veces superiores a las bacterias habituales”, explica Torrents.
Los biofilms de Staphylococcus aureus pueden generar infecciones peligrosas, en ocasiones alcanzando la sepsis, una afección médica potencialmente letal en la que el sistema inmunitario da una respuesta abrumadora y fulminante ante la infección.
“El único tratamiento eficaz contra una infección causada por biofilms es la retirada del dispositivo médico y una terapia antibiótica a largo plazo, que puede promover bacterias resistentes a los antibióticos”, añade el experto.
Este hallazgo abre la puerta a la creación de nuevos fármacos antimicrobianos que actúen de forma eficaz sin el peligro de provocar resistencia bacteriana. En un futuro, estos compuestos del aceite de oliva “podrían ser los integrantes principales de terapias antibacterianas que no dejen sitio a la resistencia”, concluye Torrents.
Estudio
El equipo de investigación del IBEC y la Universidad de Granada, tras sintetizar y estudiar 14 derivados de los ácidos oleanólico y maslínico, halló dos, denominados OA-HDA y MA-HDA, que superaron la actividad antimicrobiana de los compuestos originales tanto in vitro como en modelo animal.