Cada año mueren en el mundo más de cien mil personas por cólera y 800.000 niños por diarrea, según la Organización Mundial de Salud (OMS), principalmente en países pobres con saneamientos inadecuados o afectados por guerras y desastres naturales. Evitar la propagación de enfermedades y procurar un espacio de intimidad a quienes lo han perdido todo son los dos objetivos del aseo desplegable que han diseñado dos arquitectos de la Universidad Politécnica de Cartagena y una estudiante de arquitectura, con el que han logrado uno de los premios del concurso internacional Design Against War, al que se presentaron 152 propuestas, informa la UPCT.
La idea de los tres jóvenes formados en la UPCT, denominada Emergency Box, busca facilitar la logística de transporte de los sanitarios a lugares afectados por crisis humanitarias, con el fin de facilitar que los desplazados cuenten con un espacio íntimo para realizar sus necesidades y así evitar que las deposiciones se conviertan en foco de infecciones.
Su diseño cuenta con una altura de apenas 20 centímetros, lo que permite apilar una decena de ellas en el espacio que ocupa un aseo portátil tradicional, y de ellas se despliega una estructura vertical de dos metros y medio a base de telas cónicas inspiradas en los origamis, y varillas, de forma que, además de proporcionar intimidad, también serviría para recoger agua de la humedad. La propia base de la caja serviría de depósito de los excrementos y contaría con microorganismos para su conversión en abono.
“En el proyecto, del que llegamos a hacer maqueta para comprobar que funcionaba el despliegue, planteamos la fabricación de la estructura con impresoras 3D, piezas universales y código abierto para facilitar su distribución en cualquier país”, señala el también egresado de la Escuela de Arquitectura y Edificación José María Torres, recientemente premiado por su Trabajo Final de Estudios en la UPCT, un depósito de agua desplegable para regenerar acuíferos, informa el centro de estudios superiores.
“Solventar con un objeto uno de los problemas que sufren los afectados en caso de guerra o catástrofes era nuestro propósito y pensamos en lo importante que es tener privacidad ante la destrucción de los espacios íntimos”, explica la alumna de la Universidad Politécnica de Cartagena Marta Sánchez Pérez.
“No menos importante es evitar la generación de focos de infecciones”, continúa la estudiante, detallando que “un sólo gramo de heces humanas contiene mil parásitos, cien huevos de parásito, un millón de bacterias y hasta diez millones de virus”, con lo que ello conlleva de riesgo de contaminación para los suelos y las aguas cuando son miles las personas desplazadas y sin acceso a aseos.
El diseño de estos arquitectos ha sido expuesto en la sede milanesa de la ONG Emergency, que promovió el concurso y que ofrece el simbólico premio de visitar uno de sus hospitales de atención a víctimas de conflictos. “Nos interesó el concurso por su temática y por el reto que nos supuso diseñar un objeto”, explica el arquitecto titulado por la UPCT Tomás Larios Roca, quien colabora con el estudio creativo de Arquitectura, corte y grabado láser El Atelier.