Junta de Extremadura, Gobierno central y Comunidades de Regantes consideran al regadío sostenible e innovador una pieza clave ante los desafíos del planeta, como la demanda creciente de alimentos, el cambio climático mediante un uso eficiente de la energía y el agua, y la despoblación de las zonas rurales.
Así lo han expresado representantes de distintas instituciones y entidades durante la clausura de una jornada en Mérida para conmemorar los 20 años de modernización de los regadíos en las Comunidades de Regantes de Extremadura, en la que también se ha lamentado la "demonización" que existe por parte de ciertos sectores hacia este tipo de cultivos agrícolas.
En su intervención, el presidente del Ejecutivo extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha indicado que hablar de regadíos es hablar de "una de las piezas que encajan en la solución de los problemas globales" porque ha dicho: "nosotros ya no solo somos nosotros, sino el planeta".
En este sentido, ha abogado por analizar la "viabilidad de presente y de futuro" de los regadíos, haciéndose la pregunta de si será suficiente la producción alimentaria actual para satisfacer las necesidades de todos los habitantes del mundo, que serán más de 9.500 millones en 2050, con un crecimiento que vendrá de África.
Una cuestión que ha relacionado con el hambre y la inmigración ya que "no habrá padre o madre que no salte un muro si sus hijos no tienen qué comer", al tiempo que ha manifestado que "el agua será el gran problema del siglo XXI, por exceso y por defecto, con lluvias torrenciales y sequías" debido al cambio climático.
En un momento en el que "la estupidez cada vez está más segura de sí misma y la inteligencia tiene cada vez más dudas, hagamos lo posible para que ganen los buenos", ha expresado.
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, ha felicitado a Extremadura por la modernización de sus regadíos, siendo "ejemplo en el binomio agua y energía" pues a la eficiencia hidráulica suma la energética.
En este sentido, ha explicado que en la región el 31,97 % de los regadíos utiliza riego en superficie, el 53,47% es riego localizado o por goteo, superando y "arrastrando" la media nacional, y el 14,15 % el riego por aspersión.
Del Campo ha alertado del importante incremento de los costes energéticos, tanto de los costes fijos regulados como de la energía, lo que sumado a los precios de venta del producto que son similares a los que había en "los 80 o 90", mientras que los costes de producción han crecido, hace que "muchos regadíos puedan no ser rentables".
Al respecto, ha felicitado a la Junta por su política en esta materia con su "plan de producción de renovables para autoconsumo" que permitirá reducir significativamente los costes.
Y ha reclamado a la administración los fondos necesarios para seguir impulsando esta modernización en el sector y seguir concretando en los planes hidrológicos las obras de regulación, puesto que con éstas se recogerán esos excedentes de agua en lluvias torrenciales para poder disponer de ella en épocas de sequía.
La crisis alimentaria también ha sido mencionada por Del Campo, según el cual "una hectárea de regadío produce como seis de secano y si es de intensivo, como 40 de secano", de modo que "ocupando muy poco territorio se puede producir mucho más" y, gracias a la biotecnología, con "costes reducidos, menos necesidades de agua y contaminando menos".
En el acto ha intervenido también el presidente de Tragsa, Jesús Casas, quien ha resaltado que "la agricultura que puede potenciar el medio rural tiene que ser la de regadío", porque es competitiva y puede "posicionarse en los mercados", generando "actividad económica y riqueza", y contribuyendo así a combatir la despoblación.
Las ideas anteriormente expuestas han sido compartidas por el presidente de la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA), Alejandro Alonso, que ha pedido a las administraciones que sigan considerando la modernización de regadíos como una política "prioritaria", no un tema del "pasado" que haya que "enmascarar", pues es un elemento clave en el futuro de la agricultura española.
Y "prioritaria" es para el Ministerio de Agricultura que trabaja en colaboración con las comunidades autónomas y las comunidades de regantes, según ha señalado la directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Política Forestal, Isabel Bombal, que igualmente ha rechazado que el regadío a veces esté "demonizado" por consumir un recurso escaso cuando realmente es "imprescindible".
En esta línea, ha puesto como ejemplo que para "producir un kilo de queso se necesitan 5.000 litros de agua, una hamburguesa, 2.400 litros de agua y una copa de vino, 120 litros de agua".
Ha concluido informando de que "antes de fin de año" se firmará previsiblemente un convenio con la Junta que le dará la posibilidad de multiplicar el dinero que destina a las obras de modernización.