Las plantas producen electricidad. Ese es el secreto que la empresa neerlandesa Plant-e ha descubierto y aprovechado para convertir a Róterdam, una vez más, en una de las ciudades que más y mejor respetan el medio ambiente.
Plantas que, con la fotosíntesis, producen azúcares de las que se alimentan. Pero como no consumen toda, liberan parte de ella a través de las raíces. Las bacterias, después, descomponen esos azúcares y en ese proceso se liberan electrones. Plant-e ha encontrado la manera de 'cosechar' esos electrones para convertirlos en electricidad. ¡Y así se produce la magia!
Un grupo de investigadores de la Universidad de Wageningen de los Países Bajos se planteó un día la idea de crear una fuente de energía renovable. Y de ahí surgió en 2009 el proyecto de Plant-e. No se trata de destruir plantas para procesarlas y generar biocombustible. Estamos hablando literalmente de obtener energía de las plantas vivas, sin necesidad de destruirlas, sino de aprovechar sus propios recursos, en este caso los 'desechos' de la fotosíntesis.
Cientos de pequeñas bombillas dispersas por los jardines que centellean al paso de quienes transitan. Pequeñas luces que dan un aspecto mágico al parque que parece estar plagado de luciérnagas o pequeñas hadas. Plantas vivas encargadas de generar electricidad a través de la energía fotosintética sobrante de las plantas.
¿Cómo conseguir recuperar esos electrones que las bacterias liberan en el suelo? Por ahora el sistema se puede emplear sólo con plantas que crecen en entornos inundados. Estas son las llamadas plantas macrófitas o hidrofíticas, que ya se emplean en proyectos de depuración de aguas residuales.
Por eso el diseño de Plant-e necesita cultivar estas plantas en recipientes de dos metros cuadrados. De esta forma se controla el sistema suelo-planta para convertir el entorno en las dos principales partes de una pila el cátodo y el ánodo. Así se pueden captar esos electrones de los procesos microbiológicos e incorporarlos al consumo energético o almacenarlos en una batería.
De día y de noche, cuando luce el sol o cuando las nubes cubren el cielo. Es un sistema que combina la ciencia con el diseño, pero que sobre todo apuesta por un modelo que persigue adaptar las ciudades a un modelo más sostenible.
Este parque es ya una realidad en Róterdam desde el 18 de noviembre, aunque se espera que con la primavera las plantas ya hayan conseguido mayor fuerza y tamaño. Para su diseño el municipio de Rotterdam ha contado con la empresa Plant-e y el diseñador Ermi van Oers (Nova Innova).