La Universidad de Málaga diseña un prototipo de respirador de rápida fabricación que costaría 300 euros
Profesores de la Universidad de Málaga han diseñado un prototipo de respirador para afrontar la necesidad de este tipo de aparatos ante la crisis sanitaria del coronavirus que tiene de particular ser de rápida fabricación y barato -alrededor de unos 300 euros- y está dotado de un sistema electrónico.
Fuentes universitarias han informado este domingo a Efe de que durante el fin de semana se ha trabajado contrarreloj y este lunes se procederá al montaje del modelo, que combina material ya producido con piezas hechas con impresión 3D, cortadoras láser y técnicas de estampación.
El proyecto lo lideran los profesores del Departamento de Expresión Gráfica, Diseño y Proyectos de la Escuela de Ingenieros Industriales de Málaga Óscar de Cózar y Manuel Marín y con él son dos las iniciativas de respiradores desarrolladas en la universidad malagueña ante la escasez actual de estos equipos.
La de De Cózar y Marín está en una fase más embrionaria que la del respirador "Málaga Respira 3", ya dispuesto para probarse en humanos y fabricarse en cantidad, que toma como base la creación del cirujano cardiovascular de Málaga Ignacio Díaz de Tuesta y participa en su desarrollo el catedrático malagueño Víctor Muñoz.
Las fuentes han precisado que De Cózar y Marín empezaron a colaborar en un proyecto parecido con una universidad de Barcelona, que dispone de respaldo empresarial y al que efectuaron aportaciones, aunque optaron por emprender un camino separado al considerar que se podía implementar un sistema electrónico.
En este sentido, incluyen circuitos rápidos o de la conocida como electrónica barata; persiguen controlar parámetros como la frecuencia, la presión y el volumen de aire y se centran ahora en la localización y recepción de materiales y en el desarrollo de pruebas, por lo que aún les falta tiempo.
Al igual que otros proyectos, el suyo será en "código abierto", lo que significa que cualquier fabricante que desee puede acceder a la documentación para poder producirlo, y el coste por unidad es inferior al de una iniciativa que se desarrolla en Madrid, indican las fuentes.
Añaden que las diferencias entre los proyectos en curso en otros puntos de España son los mecanismos empleados y los componentes.
El proyecto de De Cózar y Marín deberá aún pasar fases como la de presentación a los médicos, certificación de seguridad y someterlo a aprobación por la Agencia del Medicamento y en su desarrollo participan junto a los profesores, alumnos y personal de administración y servicios de la universidad.