Si les hablamos de un acelerador de partículas, seguramente les venga a la cabeza el gran colisionador de hadrones del CERN en Suiza, esa ingente obra de la ciencia mundial en busca del bosón de Higgs. Sin embargo, estos dispositivos creados a lomos de la física están presentes en muchos campos de nuestra vida cotidiana en los que apenas fijamos nuestra atención. Como la medicina nuclear.
Según un informe de la Universidad de Valencia, en el mundo hay más de 8.000 pequeños aceleradores de bajas energías dedicados a la implantación de iones, espectroscopia de masas, o la emisión de rayos X inducidos por protones. También encontramos unos 250 ciclotrones dedicados a la producción de isótopos, tanto para tratamientos tumorales como para su uso en la tomografía por emisión de positrones, así como alrededor de 10.000 aceleradores lineales de electrones que producen fotones de alta energía para radioterapia.
Y es en estas lides donde una spinoff del Centro de Investigación en Energía, Medio Ambiente y Tecnología (CIEMAT) pretende hacerse un hueco con un acelerador de partículas compacto y que tiene como principal fin ofrecer mejores herramientas de diagnóstico para médicos e investigadores. Cyclomed, que así se llama la empresa, guarda en su manga un as para lograr este noble propósito: el carbono-11.
"El carbono-11 es un isótopo muy versátil que funciona como un GPS molecular, por lo que si se une a una molécula de diagnóstico, permite ubicarla mediante un escáner por emisión de positrones", explica a INNOVADORES Carlos Langeber, director de desarrollo de negocio de Cyclomed. "Así, podremos disponer de nuevas herramientas para diagnosticar de forma más eficaz y rápida algunas enfermedades oncológicas, cardiovasculares y neurológicas. La diagnosis de estas enfermedades se puede mejorar y en algunos casos, facilitar la medicina preventiva gracias al uso de radiofármacos marcados con carbono-11, pero para poder sintetizar radiofármacos de carbono-11 se requiere unos recursos y un know-how al alcance de muy pocos".
Ahí entra en juego el conocimiento que esta startup adquirió durante un proyecto cooperativo previo, que buscaba el desarrollo de tecnologías de imagen molecular avanzadas del programa CENIT mediante un acelerador de partículas superconductor. "Nuestro acelerador funciona en base a los principios de superconductividad porque así se permite reducir el tamaño del acelerador hasta ocupar en torno a un metro cúbico", detalla Langeber. "La superconductividad permite generar grandes campos magnéticos con imanes de tamaño reducido. Este campo magnético acelera partículas subatómicas hasta alcanzar unos 60.000 km/s y las hace colisionar contra átomos estables para conseguir producir carbono-11. Después hay que usar el carbono-11 para unirlo a moléculas de interés para que funcione como una huella radiactiva que permite conocer la ubicación de la molécula mediante un escáner médico PET".
Esta iniciativa, cuya tecnología (desarrollada por completo en España, salvo una parte del sistema de refrigeración, encargada al CERN) está en fase de prototipado, ya ha conseguido ganarse el apoyo del Parque Científico de Madrid, trabajar codo con codo con General Electric en un proyecto europeo y recibir subvenciones de la Comunidad de Madrid.
Y, a pesar de haber cubierto con éxito una segunda ronda de financiación en febrero de este año (por valor de 170.000 euros a cargo del programa Mind the Gap para la transferencia tecnológica), Carlos Langeber denuncia las dificultades de acceder a más financiación "al tratarse de un proyecto de ‘deep tech’ que no se ajusta a los cánones habituales del emprendimiento ágil". De hecho, las altas exigencias de recursos de una iniciativa de esta magnitud hacen que desde Cyclomed ya se planteen una nueva ampliación de capital para finales de este año o principios de 2021, como adelantan a INNOVADORES.
A este hito se le unirá, también, la creación de un panel de expertos del sector de medicina nuclear "para poder tener un contacto directo con nuestros mercado potencial y así poder realizar proyectos de cocreación", como explica Langeber.