El término "nootrópico" fue acuñado por el científico rumano Corneliu Giurgea en 1972 para describir ciertas sustancias que mejoran la cognición, la memoria y facilitan el aprendizaje.
Giurgea estableció que para ser considerados como tales, además de potenciar capacidades cognitivas, no pueden ser tóxicos, adictivos o tener efectos secundarios.
También conocidos como drogas inteligentes, estos fármacos, medicamentos, drogas, alimentos y suplementos elevan funciones mentales humanas como la cognición, la memoria, la creatividad, la inteligencia o la concentración.
En un artículo del 2015 de Zoë Corbyn para The Guardian, la autora explicaba que las drogas inteligentes estaban de moda en Silicon Valley y mencionaba empresas que se habían fundado ese año para desarrollar productos nootrópicos como Nootroo y Nootrobox.