Hay pocos profesionales con una visión tan internacional de la innovación como Cristina Bescós. Esta doctora en Telecomunicaciones ha trabajado para instituciones públicas de investigación, en innovación espacial (Agencia Espacial Europea), y el sector privado (Hewlett Packard, Telefónica I+D, Philips) en varios de los países más punteros del Viejo Continente. Y, desde hace poco más de un año, ha puesto esa experiencia al servicio del capítulo español de EIT Health, la iniciativa europea de colaboración público-privada para impulsar ideas disruptivas en el ámbito de la salud. Por este bagaje, su panorámica de este dinámico sector en nuestro país es tan completa.
"Creo que tenemos buenos ladrillos, pero no basta sólo con eso. Somos un país moderado en innovación, nos falta inversión, en todos los bandos. También necesitamos más colaboración público-privada, que en nuestro país parece que es un tema tabú, y una apuesta real por la innovación en salud", explica Bescós a INNOVADORES. "Tenemos un gran sistema sanitario y, además, el hecho de que la gestión sea a nivel autonómico permite hacer cosas grandes mucho más rápido que en otros países con sistemas más centralizados. Además, el nivel de nuestros investigadores es muy bueno, pero nos falta profesionalizar esa innovación, trasladarla al mundo empresarial. Hay un componente ahí de educación: la carrera científica está muy bien valorada, pero la innovadora no tanto. Y eso hace que muchos interpreten que esa transferencia de conocimiento desde la Academia es un paso atrás, una suerte de pérdida de categoría intelectual".
Trazamos así una fotografía de la innovación en salud como una oportunidad de oro pero lastrada por muchos obstáculos que, precisamente, tratan de combatir iniciativas como EIT Health. Este programa europeo se ha marcado la transformación digital en campos como la atención remota, la reinvención de los canales de atención al paciente, la prevención, la salud en el lugar de trabajo o el envejecimiento como prioridades máximas a trabajar por el ecosistema innovador.
"Al final se trata de entender la salud como algo mucho más allá de lo que es el sistema sanitario. Si perdemos la salud perdemos muchas más cosas, como la socialización o la competitividad. Lo hemos visto con la pandemia. Por eso tenemos que entenderla de una manera más amplia y cercana al ciudadano, dejando a un lado el paternalismo del sistema sanitario y apostar más por la corresponsabilidad. Y ahí es donde entran en juego los sistemas de telemedicina, de tener esa información y control en el propio móvil", destaca Bescós, quien resalta que muchas de estas tecnologías ya llevan maduras bastantes años, pero ha faltado ese impulso definitivo para la adopción real.
EIT Health, que cuenta tanto con programas de aceleración de startups como de educación y de gestión de la innovación, cuenta ya con 150 socios y un plan de expansión que este año abrirá una nueva región en Galicia, a sumar a las de Cataluña, Madrid, Valencia, Euskadi o Andalucía. Para muestra de su impacto en el ecosistema emprendedor, la inversión que dedica EIT a las startups españolas se multiplica por diez gracias al efecto multiplicador de esa colaboración público-privada que tanto demanda Cristina Bescós, hasta superar los 47 millones de euros levantados.
COVID-19
Para Cristina Bescós, la pandemia de la COVID-19 ha dejado patente la necesidad urgente de contar con determinadas tecnologías en nuestros sistemas sanitarios: "Hemos visto lo que ha sucedido con los datos de fallecidos por el coronavirus. Pero es que tenemos la tecnología madura desde hace tiempo para gestionar esta clase de estadísticas. Soy moderadamente optimista porque la inversión en el sector salud se va a quintuplicar la inversión frente a otros sectores. Va a salir reforzado en ese sentido, porque ha quedado clara la necesidad que hay de impulsar estos proyectos; eso sí, de forma coordinada".