No están siendo tiempos fáciles para Facebook y su fundador, Mark Zuckerberg. Disney, Coca-Cola, Ford o Starbucks son solo algunas de las empresas que han retirado su publicidad de esta red social en protesta por la laxitud moral frente al racismo (a raíz del Black Lives Matter) y la tímida y controvertida lucha contra las ‘fake news’ (incluyendo la consideración del cambio climático como una “opinión” y no un hecho).
A mayores, la asociación Accountable Tech ha puesto sobre la mesa la inutilidad de la Junta de Supervisión de Facebook, el ente que debía poner orden en todos estos temas, a cuyos miembros ha pedido que exijan poder real o que dimitan de sus cargos meramente decorativos.
La banca ha sido históricamente un sector reacio a los cambios digitales. Recordemos que su base siguen siendo los mainframe de los años 60. Y eso tiene un efecto directo: no carbura bien.
Según un informe de Orizon, los cinco grandes bancos españoles tienen fallos en sus infraestructuras tecnológicas la mitad de los días del año, que bloquean algunas funciones básicas de su operativa; con especial incidencia a principio y final de mes, cuando sus operaciones de multiplican por tres. El mal y obsoleto diseño TIC de los bancos también tiene una consecuencia directa en términos económicos para los inversores de esas entidades: unos sobrecostes de sus infraestructuras tecnológicas de un 10% .
Aunque los fondos de capital privado suelen operar a medio y largo plazo, tampoco ellos viven ajenos al parón económico que hemos vivido a causa de la COVID-19.
En ese sentido, y de acuerdo a los datos preliminares de la patronal ASCRI, las inversiones entre enero y junio de este curso han caído un 67%, con 1.434 millones de euros en 344 operaciones, debido a que los grandes fondos han paralizado la materialización de los tan ansiados ‘megadeals’ durante este período de incertidumbre: solo tres de las inversiones en este semestre son de un calado superior a los 100 millones de euros, frente a las 12 que hubo el pasado año en el mismo lapso temporal.
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