La empresa turolense Fertinagro Biotech, especializada en nutrición vegetal en España, acaba de recibir la concesión de una nueva patente europea que consiste en una tecnología fertilizante de estimulación microbiana que potencia la fijación biológica de nitrógeno ambiental en el suelo.
Esta tecnología permitirá ofrecer soluciones nutricionales alternativas que implicarán una reducción de la cantidad de fertilizantes nitrogenados convencionales y por tanto de los costes medioambientales y ayudará a que la agricultura sea más sostenible, según ha informado la empresa en nota de prensa.
Esta patente, registrada bajo el título Composición fertilizante que incluye iones complejados con sustancias húmicas para mejorar la fijación biológica del nitrógeno por parte de microorganismos presentes en el suelo e identificada con el número 16382063, se ha validado en España, Alemania, Francia, Portugal, Italia, Reino Unido,Irlanda y Bélgica y con ella suman ya más de 40 las patentes conseguidas por la empresa, tanto a nivel nacional como internacional.
La nueva tecnología de Fertinagro Biotech consiste en una composición fertilizante que incluye “determinados iones imprescindibles” para el proceso de fijación de nitrógeno, complejados con sustancias húmicas que facilitan que estén rápida y permanentemente accesibles para las bacterias que los necesitan, tales como microorganismos fijadores de nitrógeno, que provocan la absorción del mismo por parte de los cultivos.
Según han explicado desde la empresa, la aplicación de esta tecnología permitirá reducir la cantidad total de nitrógeno utilizado como fertilizante sin mermar la capacidad del cultivo para generar cosecha, por lo que “tendrá un impacto económico”, por el incremento de eficiencia de los productos que la contengan, así como un “fuerte impacto ambiental”, debido a la reducción de las unidades fertilizantes necesarias para nutrir el cultivo, objetivo clave en la nueva estrategia europea ‘Farm to Fork’.
De esta manera, esta composición fertilizante, no sólo facilita el desarrollo y el crecimiento de las plantas, sino que también constituye un tratamiento para el suelo, más específicamente para los microorganismos presentes en él, reduciendo la necesidad de nutrirlo con fertilizantes nitrogenados, así como la huella de carbono de la propia actividad agrícola.