Científicos de la Universidad de Málaga y del Centro Andaluz de Nanomedicina y Biotecnología (Bionand) han identificado un nuevo fármaco que podría modular la respuesta inflamatoria que se produce en los casos más graves de la Covid-19.
El equipo, liderado por los investigadores de la Universidad de Málaga Iván Durán y Fabiana Csukasi, estudiará durante el próximo año el efecto del tratamiento con 4-Fenilbutirato (4-PBA), ha informado este jueves la institución universitaria en un comunicado.
El proceso inflamatorio que se identifica en los casos más graves de coronavirus provoca el descontrol y el exceso de citocinas -moléculas encargadas de organizar las defensas del organismo- llegando a desencadenar, incluso, la hiperpermeabilidad vascular y el fallo multiorgánico.
Precisamente, el control de esta "tormenta" de citocinas, a través de quienes les controlan a ellas, es decir, las células infectadas, es la propuesta de estos investigadores.
“Cuando las células se encuentran estresadas por la infección llaman a las citocinas y, cuanto más estresadas estén, más insistentemente las llaman, provocando esa inflamación descontrolada, por eso una posibilidad para tratar la Covid-19 es reducir el estrés de las células”, ha explicado Durán.
Según el investigador, el reposicionamiento con el fármaco anti-estrés 4-PBA, aprobado para uso clínico contra otras enfermedades y, por ello, fácil de llevar a la clínica, podría modular este estrés celular, que también está presente en patologías como la diabetes, el envejecimiento o la carcinogénesis, a su vez, catalogadas de riesgo para la Covid-19.
“Nuestros resultados preliminares desarrollados en modelos animales demostraron que el 4-PBA rescata por completo la mortalidad causada por insuficiencia respiratoria derivada del estrés celular”, ha afirmado el profesor.
En estos primeros estudios también han identificado a la proteína residente del retículo endoplásmico ‘BiP’ (Binding Immunoglobulin Protein) -un marcador de estrés sanguíneo- como indicador de situaciones derivadas del estrés celular, susceptibles de explorarse y medirse en los enfermos afectados.
Así, según Durán, los niveles de BiP, además de determinar la eficacia del tratamiento con 4-PBA, podrían servir como indicadores tempranos de grupos de riesgo a la Covid-19, estableciendo la correlación entre niveles altos y severidad inflamatoria tras la infección viral.
“Hay personas que ya tienen enfermedades que causan estrés a las células y cuando estas personas son infectadas por el coronavirus tienen una mayor probabilidad de enfermar y morir. Por tanto, sabiendo si el paciente sufre de estrés celular mataríamos dos pájaros de un tiro: detectaríamos la susceptibilidad antes de que ocurriera la infección y sabríamos tratarla a tiempo”, señala el científico.