Las carreteras del futuro “hablarán” con los conductores para advertirles, por ejemplo, si están cometiendo una infracción. Sus señales nada tendrán que ver con las actuales: habrá cruces inteligentes e incorporarán avanzados sensores y diferentes dispositivos de comunicación que permitirán reducir al máximo los tiempos de rescate en caso de accidente. Convertirán a los vehículos en fuentes de energía para encender las farolas de las carreteras y podrán cargar automáticamente los vehículos eléctricos.
En este escenario, que no es de ciencia ficción, trabaja un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), el Centro Universitario de la Defensa de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR), y la Universidad Nacional de Tsing-Hua (Taiwan) que, a principios de este año, publicó un completo estudio sobre los últimos avances y proyectos tecnológicos que se están llevando a cabo en todo el mundo. Destacan diez innovaciones que revolucionarían la manera de desplazarnos y la idea que tenemos actualmente de carreteras.
En su estudio, Avances en carreteras inteligentes para futuras ciudades inteligentes, el equipo analizó proyectos que se están llevando a cabo en países como China, Reino Unido, Suecia, Japón o España. En todos ellos, hay un denominador común: las carreteras ya no son una simple infraestructura física, para transportar personas o mercancías, sino que se convierten en una superautopista de la información.
“Las carreteras son cada vez más inteligentes. Nada tienen que ver las infraestructuras de hace 30 años con las actuales, y van a cambiar mucho a lo largo de las próximas décadas. Serán carreteras mucho más seguras gracias a los grandes avances de las telecomunicaciones, del 5G y de la computación en la nube, entre otras tecnologías”. Es lo que vaticina Juan Carlos Cano, investigador del Grupo de Redes de Computadores (GRC-DISCA) de la UPV.
Autopistas musicales
“Algunas de las carreteras que presentamos en el estudio parecen de ciencia ficción, pero en absoluto lo son. En todas se está trabajando ya en algún lugar del mundo y todas ellas son viables tecnológicamente en nuestro entorno”, asegura Cano.
En Japón ya hay más de 30 autopistas musicales, repartidas por ciudades como Hiroshima, Shizuoka, Oita, Gunman o Hokkaido. Los vehículos se convierten en diapasones. “Lo hacen mediante unos dispositivos de resonancia repartidos por la superficie de la carretera. A medida que los vehículos se desplazan sobre ellas, generan notas altas o bajas y, a su vez, música”, comentan desde la UPV. En Nuevo México, en la histórica Ruta 66 entre Albuquerque y Tijeras, los conductores pueden escuchar la canción America the Beautiful al alcanzar los 72,4 km/h.
Carreteras que generan energía
Según señalan en el estudio las propias carreteras colaborarán en la mejor calidad del medio ambiente. Algunas carreteras, ya hoy en día, son capaces de aprovechar la energía solar para alimentar farolas, señalización y señales de tráfico. La energía cosechada también puede almacenarse o alimentarse a la red eléctrica. Incluso podrán recargar vehículos eléctricos. En el Reino Unido trabajan en lo que se conoce como tecnología de inducción magnética. La idea es tener cables enterrados debajo de la superficie de la carretera para que generen campos electromagnéticos lo suficientemente fuertes como para ser recibidos por un dispositivo receptor en el coche, transformándolo en energía eléctrica.
Carreteras más seguras
En el ámbito de la seguridad y la salud, la tecnología puede contribuir a reducir los tiempos de respuesta en caso de emergencia, así como a incrementar la fiabilidad en maniobras como los adelantamientos. Precisamente, uno de los últimos desarrollos del equipo de la UPV es una nueva aplicación que ofrece al conductor una mayor seguridad a la hora de adelantar a un camión –u otro vehículo más grande que el propio. “Instalada en los móviles”, indica Cano, “con la cámara trasera orientada hacia el parabrisas y la pantalla hacia el conductor, se transmite automáticamente un vídeo, capturado por el vehículo de delante, al vehículo de detrás, donde se muestra el tráfico más adelante para que, de esta forma, el conductor pueda decidir si es seguro adelantar”.