Nada parece haber cambiado en las cuevas de Cabrales donde se madura uno de los quesos más sabrosos de nuestro país. Su temperatura oscila entre los 8 y los 12 grados. La humedad se mantiene constante al 90%. Así puede desarrollarse los hongos que le dan el aspecto, el olor y el sabor a este producto. Un proceso que se repite con el mismo ritual desde hace cientos de años. Salvo porque ahora unos pequeños sensores recorren la cueva para recoger todos los datos ambientales que permiten que el resultado sea el óptimo.
Sensores de internet de las cosas, análisis inteligente de los datos y gestión desde el móvil a través de una nueva plataforma. Se llama Innoquesar una herramienta tecnológica llamada a “mejorar la competitividad del sector” y conseguir productos mucho más seguros y de mayor calidad.
La aplicación ha sido desarrollada por la Fundación CTIC Centro Tecnológico, la Asociación de Investigación de Industrias Cárnicas del Principado de Asturias (ASINCAR), la Red Asturiana de Desarrollo Rural (READER) y la Asociación para el Desarrollo Rural e Integral del Oriente de Asturias (ADRIOA). Su objetivo, dar un impulso al sector de los quesos artesanales asturianos, Concretamente a los que pertenecen a las DOP Cabrales, Casín, Gamonéu y Afuega’l Pitu a la IGP de los Beyos y a los vinculados a la Asociación de Queseros Artesanos de Asturias.
“Innoquesar va a permitir que a través de una misma aplicación informática el quesero pueda tener controlado todos los aspectos necesarios para la gestión del autocontrol de su empresa para todo el sistema productivo, desde la compra y entrada de todas las materias primas, ingredientes y envases necesarios hasta la expedición y venta de sus productos”, explica Laura Vallina, de Gestión de Seguridad Alimentaria en Queserías (Grupo ASINCAR). “A un golpe de clic, va a poder visualizar y controlar todos los aspectos que hay que tener en cuenta y controlar para asegurar la inocuidad de los productos comercializados”, añade.
Los desarrolladores de la plataforma se han empapado de las características de las más de cuarenta variedades de queso artesanal existentes en toda la región. Así han configurado un software que recoge todas las peculiaridades de producción. Cuevas, almacenes y cámaras de maduración cuentan con sensores que miden la temperatura y la humedad.
Como el acceso a internet en el interior de las cuevas es muchas veces imposible, la plataforma permite trabajar offline. No sólo registrará toda la información relacionada con la compra de leche o la venta de queso sino que incluso “será más eficaz en el caso de producirse una alerta sanitaria”, señalan desde el CTIC.
Innoquesar ya está disponible para sistema Android. Y sus desarrolladores ya se plantean la posibilidad de implementar tecnologías como el blockchain para facilitar que los consumidores puedan tener toda la información relacionada con la trazabilidad del producto.
El 95% de las queserías asturianas son microempresas de menos de 10 trabajadores y menos de dos millones de facturación. Tienen las mismas exigencias burocráticas que las grandes empresas para cumplir con la normativa, pero no disponen de personal dedicado en exclusiva a esa tarea. La plataforma facilita esta tarea, ahorra en costes y agiliza la gestión.