Investigadores de la Universidad de Toronto estiman que para que EEUU cumpla los objetivos climáticos en 2050, el 90% de sus coches deberían ser eléctricos (ahora son el 0,3%), lo que exigiría que fueran los únicos a la venta a partir de 2035. Sin embargo, advierten de que hay condicionantes ligados a la fabricación de coches eléctricos y la extensión de la red de carga que juegan en contra del clima. Por eso proponen que se apliquen otras medidas adicionales, como el fomento del transporte público.
Alexandre Milovanoff, uno de los coautores del estudio Electrification of light-duty vehicle fleet alone will not meet mitigation targets publicado en Nature, insiste que tras los resultados de sus investigaciones la respuesta no puede estar únicamente en el uso del coche eléctrico, sino en responder a la pregunta de si deberíamos utilizar vehículos privados en nuestros desplazamientos.
Aunque es cierto que los coches eléctricos tienen menos emisiones de CO2, Milovanoff y su equipo de investigación han detectado que, en la actualidad, no solo los procesos de producción y fabricación de este tipo de vehículos tienen más emisiones que los coches convencionales, sino que la carga de los eléctricos se realiza con electricidad que proviene de combustibles fósibles y no de fuentes renovables.
Su estudio se centra en las políticas estadounidenses, ya que, hoy en día, son
as proyecciones más optimistas de la Agencia Internacional de Energía sugieren que la flota de EEUU solo estará electrificada en un 50 % para 2050, muy lejos del 90% que sería necesario para cumplir con los objetivos del calentamiento global, por lo que hay que aplicar más medidas en esta estrategia.
Además, si se acelera demasiado el ritmo de electrificación de la fota para alcanzar ese 90% se incrementará la necesidad de los llamados "materiales críticos" para las baterias, es decir, el litio, el manganeso y el cobalto, así como se requeriría Milovanoff en un artículo publicado en TechXplore