La innovación y la tecnología se han convertido en el salvavidas de muchas empresas durante los últimos meses. Mejorar su productividad, o al menos mantenerla, ha sido una de las prioridades en 2020. Un contexto en el que ha sido fundamental asegurar el rendimiento de las infraestructuras tecnológicas.
Con este propósito hace cinco años la española Orizon desarrolló BOA, una metodología en la que ya ha invertido 2,5 millones de euros. Esta tecnología propia ofrece a las organizaciones "visibilidad, información y soluciones aplicables ante problemas, pero también rendimiento y acciones a desarrollar pensando en la rentabilidad e impacto del negocio".
La compañía enfoca su actividad hacia grandes organizaciones con unas inversiones mínimas en tecnologías de la información de entre 300 y 400 millones de euros al año. Orizon ha cerrado 2020 con una facturación de 1,7 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 51% respecto al ejercicio anterior.
“Hemos mantenido nuestro plan de negocio, puesto en marcha en 2019, y continuaremos con él. La previsión es alcanzar los 3,1 millones de euros en el actual ejercicio, 7 millones en 2022 y superar los 10 millones en 2023”, ha detallado Ángel Pineda, CEO de Orizon, durante un encuentro online. “A pesar de la Covid, no hemos parado de crecer, también en número de empleados. Arrancamos 2019 con 16 trabajadores y ya somos 35. La previsión es contar con una plantilla de 100 personas en 2022”.
Su plan de crecimiento está basado en la evolución de su metodología. En los próximos meses el propósito es incrementar la capacidad de automatización de la solución mediante el uso de inteligencia artificial y algoritmos. El objetivo es elevar hasta en un 50% la detección automática de errores sin intervención humana.
Según afirma Pineda, “BOA es una solución única y no existe nada similar en el mercado”. Permite monitorizar permanentemente el funcionamiento de la tecnología de las grandes corporaciones para detectar y eliminar problemas. A partir de ella es posible incrementar los tiempos de respuesta de los sistemas un 25% y conseguir unos ahorros de costes totales de las infraestructuras tecnológica de hasta un 40%.
Centrada en banca y seguros, “durante 2020 hemos registrado un aumento de la demanda por parte de entidades financieras, que se mantendrá en 2021”, afirma José Manuel Desco, director general de Orizon. “Este ámbito de actividad constituirá el 50% de nuestro negocio en los próximos años, pero también queremos abrirnos a otros sectores, como retail y grandes energéticas”.
En sus planes figura continuar con la internacionalización de su actividad, básicamente en Latinoamérica, donde ya han comenzado a operar en Colombia y en Brasil. Aunque también tienen el ojo puesto en Europa, “donde hemos detectado que no existe una propuesta similar a la nuestra”, asegura Desco. La compañía prevé que en 2021 el 20% de su facturación provenga del exterior y que esta cifra se eleve hasta el 40% en el ejercicio de 2023.