La transformación digital es una obligación, un deseo, un plan, un objetivo, una esperanza y una oportunidad de todos y para todos.
Esta afirmación es fruto de ver cómo los esfuerzos y planes de nuestro país en este sentido no dejan de acaparar titulares, informes, encuestas y, poco a poco, también inversiones económicas y ayudas financieras.
Un reto para el que, sin embargo, aún son necesarios varios e importantes pasos, concretamente, el de la formación. Un factor que sigue siendo esencial y, precisamente, el talón de Aquiles de esa transformación digital.
La propia Carmen Artigas, secretaria de Estado de Digitalización ha revelado cómo, en la actualidad, “el 43% de la población no tiene competencias básicas, es decir, son analfabetos digitales”.
Una preocupante cifra si tenemos en cuenta que este cambio debe incluir a toda la sociedad. Administración Pública, empresas de cualquier tamaño y profesionales de diferentes sectores se verán afectados por esa transformación que tiene como apellido digitalización.
El 87% de los directivos está sufriendo o espera sufrir las consecuencias de esta brecha de competencias digitales en su plantilla, según el informe 'Digital Skills Research' realizado por RAND Europe para Salesforce. Como revela dicho estudio, en Europa, el 64 % de las grandes empresas y el 56% de las pequeñas y medianas están teniendo problemas para encontrar talento para puestos de trabajo relacionados con Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC).
La oferta formativa no se adecúa a la enorme demanda de competencias digitales y la brecha sigue aumentando. Por ello, la formación y el reskilling (reciclaje de las competencias) no sólo se presentan como urgentes sino, aún más, son una condición básica para que la transformación digital sea una realidad en España.
Formación para seguir adelante
Empresas y Gobierno son conscientes de la necesidad de impulsar e invertir en formación. Muestra de ello es el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del gobierno de España que prevé una inversión de 7.317 millones de euros entre 2021 y 2023 para actuaciones relacionadas con las competencias digitales de los ciudadanos, la formación profesional y el sistema educativo.
En el ámbito empresarial, por su parte y según el estudio de Accenture 'Reinventando la empresa europea', el 56% de las compañías españolas ya considera una prioridad invertir en programas de formación para que su plantilla adquiera las habilidades necesarias para impulsar su transformación y adaptarse a la nueva etapa de digitalización.
Una inversión prioritaria ya que el 41% de los encuestados cree que la falta de formación tecnológica de sus profesionales es una barrera que les impide acelerar su transformación digital y salir reforzados de la crisis. Razón a la que hay que sumar que el 46% de las organizaciones señala que encuentra dificultades para localizar en el mercado laboral los perfiles que necesitan.
Por todo ello, no sólo hay que abordar un plan de formación sino que, es imprescindible, según los expertos, apostar por el reciclaje de los profesionales, dotarles de nuevas habilidades y ayudarles a adaptarse a la nueva realidad laboral.
Algo que, por ejemplo, defiende Lucía Velasco, directora general del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), para quien es "completamente fundamental" hacer una apuesta por adaptar la habilidades de los trabajadores a lo que viene para no perder las oportunidades que ofrece todo el proceso de digitalización."No sólo vas a perder la oportunidad del futuro, sino que vas a tener un problema porque vas a tener un montón de fuerza laboral inactiva", asegura.
En la misma línea, Alberto Oro, director general de Digital Skills School afirma que, a medio y largo plazo, las empresas que no contemplen planes de formación de sus empleados "no van a ser lo suficientemente competitivas en el futuro"."Esta es una cuestión casi de supervivencia. Esto está ahí y si no lo implementas vas a tener un problema estratégico a medio y largo plazo”, apunta.
Una supervivencia que busca el 72% de las compañías europeas que, según Accenture, ya cuentan con planes de reskilling y upskilling este año para entre el 5% y el 25% de su plantilla.
Formación y reciclaje como vía para seguir adelante pero también para generar nuevos empleos, como señala el Foro Económico Mundial, que estima que en 2025 la automatización desplazará 85 millones de empleos, pero se crearán 97 millones de puestos nuevos relacionados con la digitalización.
Sectores nacidos de esa misma digitalización como fintech, insurtech o ehealth serán auténticas palancas de empleabilidad si se lograr responder a la demanda de nuevos perfiles profesionales que demandan.
Pero también otros sectores tradicionales, como el turismo, la construcción o la automoción, podrán generar nuevas oportunidades laborales. Sin ir más lejos, se espera que la transición energética puede crear hasta 18 millones de nuevos puestos, según la Organización Internacional del Trabajo (ILO, por sus siglas en inglés), o que la fabricación del coche eléctrico en nuestro país podría crear cerca de un millón y medio de empleos, según la consultora KPMG España.
La clave del éxito, de nuevo, reside en la formación, reskilling y upskilling que realmente permita hacer de la transformación digital una oportunidad de oro y no una oportunidad perdida.