Mª Jesús Rodríguez, Mario González, Lourdes García, Sergio Llopis, Jorge Pardillo y Mary Laydi Dipre son todos estudiantes de Formación Profesional (FP). Cada uno de ellos recibe su formación en distintos centros de Madrid, Valencia y Ciudad Real.
Los ciclos que estudian también son diferentes. Sergio, por ejemplo, está cursando un grado medio en sistemas microinformáticos en red; Lourdes, el de técnico en administración y gestión; y Jorge aspira a completar el de técnico superior en marketing y publicidad.
Seis perfiles que hace unas semanas formaron el equipo ganador de la segunda edición de e-Challenge. Este programa de innovación abierta, impulsado por la Fundación Créate y la Cámara de Comercio de España, reunió a 64 alumnos de FP para aportar una nueva mirada a los desafíos que les plantearon 12 empresas. BMW Group España, Ikea, Coca- Cola o Pescanova fueron algunas de las compañías participantes.
“E-Challenge se organiza con el fin de que los jóvenes vean y comprendan que pueden ser emprendedores dentro de las empresas”, explica la directora de Empleo, Formación y Emprendimiento de la Cámara de Comercio de España, María Tosca, a D+I.
“Queremos que los jóvenes sean conscientes de que el desarrollo de las habilidades propias de un emprendedor, como son la iniciativa y la creatividad, la capacidad para tomar decisiones o la adaptabilidad y la capacidad de delegar son características que tienen una valía efectista para el talento de un joven y trascienden la forma en la que uno decida poner en valor esas competencias”.
Innovación en equipo
Los ganadores dieron respuesta al reto planteado por Molgas Energía: diseñar un sistema gamificado para la mejora continua del comportamiento de los empleados en la conducción y la descarga. Se trataba de ofrecer una solución con la que los conductores puedan medir sus habilidades y hábitos para conseguir ser el ‘conductor modelo Molgas’.
Todos los equipos (11 en total) trabajaron durante ocho horas en cada uno de los retos planteados por las empresas, todos ellos vinculados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Lo hicieron con otros estudiantes a los que no conocían antes y siempre asesorados por profesionales de las compañías.
“Trabajar con un equipo de desconocidos, que mostraban un gran interés y muchas ganas de aportar su granito de arena, no se hizo para nada extraño. Pasamos enseguida de presentarnos a estar bromeando mientras trabajábamos”, cuenta a D+I Mario González, estudiante en Madrid del grado de desarrollo de aplicaciones móviles, y componente del grupo que quedó en primer lugar.
“Creo que parte del éxito de nuestra propuesta vino, sin duda, de ese ambiente relajado que conseguimos durante toda la jornada, donde todas las ideas valían, y hasta la mayor locura podía convertirse en una mejora para el proyecto”.
Contacto con las empresas
La solución aportada por los ganadores es una aplicación móvil llamada ‘Molgapp League’, una plataforma donde los trabajadores de la empresa pueden recibir incentivos y recompensas por sus buenos hábitos en el desempeño de su trabajo.
Los conductores que cumplan con sus rutas, mantengan un límite de velocidad adecuado, realicen formaciones, respeten las medidas de seguridad en las entregas y cuiden el mantenimiento de su vehículo, entre otras acciones, registrarán estas buenas prácticas y ganarán una moneda virtual e interna de la aplicación que se podrá canjear por premios o dinero real en la propia app.
“Nos encantó la propuesta del equipo, y nos encantaría implantarla, sobre todo la parte en la que se puedan aprovechar los tiempos muertos que hay durante la jornada de trabajo, con formación y también aumentando la relación entre los conductores”, afirma Patricia Piñuela, directora de Calidad, Seguridad y Salud Laboral y Medioambiente de Molgas Energía.
El programa e-Challenge cumple así con dos objetivos. Por un lado, es una vía para que “los jóvenes pongan en práctica sus habilidades emprendedoras en una jornada de innovación abierta y que se enriquezcan de esa experiencia”, asevera Tosca.
“Por otro, nos gusta acercar el talento de los jóvenes de FP a las empresas, poniendo a prueba los propios límites de las compañías para dejar que las nuevas ideas y las soluciones que emanan de la jornada, les permitan abrir nuevos caminos de éxito”.
“Si ya de por sí, enfrentarse a un reto real de una de las empresas participantes supone un gran desafío para los alumnos, e-Challenge ha puesto a prueba otras soft skills como son presentar en público y, por supuesto, el trabajo en equipo”, añade la vicepresidenta de la Fundación Créate, Margarita Ortiz.
El valor de la FP
Los alumnos ganadores disfrutarán de una experiencia de varios días en Madrid durante los que podrán trabajar en diferentes dinámicas sobre innovación y creatividad de la mano de expertos en estas áreas.
Sobre lo vivido hasta ahora, Mary Leydi Dipre, estudiante del grado de técnico superior en administración y finanzas, cuenta a este medio que “en este reto hemos sentido las empresas como nuestras y hemos trabajado comprometidos con la gran responsabilidad que se nos han puesto en las manos”.
En cuanto a la posibilidad de que su proyecto llegue a materializarse no duda de que “para nosotros, los alumnos, sería una motivación enorme y una gran oportunidad. Además, para las empresas sería un plus ya que contarían con toda la innovación y valor que podemos aportar los estudiantes de FP”.
Por su parte, Sergio Llopis, que cursa el grado de sistemas microinformáticos en red, cuenta que la experiencia le ha servido “para darme cuenta de los problemas que pueden tener las grandes empresas, que no son demasiado distintos a los de las más pequeñas”.
¿Qué es el programa e-FP?
e-FP es un programa impulsado por la Fundación Créate y la Cámara de Comercio de España con la cofinanciación de Fondo Social Europeo para promover el emprendimiento en el ámbito de la Formación Profesional.
En su tercera edición, el programa alcanza los 4.100 alumnos de Grado Medio y Grado Superior de 110 centros educativos de todo el territorio nacional, que han aprendido a desarrollar su propio proyecto con una metodología y herramientas que utilizan las startups hoy en día. Un proceso en el que se involucran los centros educativos, los docentes y una red de mentores que aportan su visión y feedback a los proyectos, enriqueciendo el programa.
“La Formación Profesional desarrolla perfiles cada vez más demandados en el mercado laboral, por ello, dotar a sus alumnos de herramientas para innovar y emprender es una vía para invertir en la competitividad de nuestro país”, defiende la vicepresidenta de la Fundación Créate, Margarita Ortiz.