Ahora que se acerca el verano, las barbacoas y fiestas en la piscina se vuelven algo común. No en vano, cuando el calor aprieta no hay nada como una buena sombra, una cerveza y la tranquilidad de un jardín. Y, sin embargo, para disfrutar de todo ello hemos de pasar por un paso previo no tan alegre: la preparación del entorno.
En las películas, cortar el césped -como paradigma de este asunto- es la actividad encomedada a los pequeños de la casa para sacarse unos euros extra. En la vida real, se trata de una labor tediosa, que requiere de paciencia y unas buenas dosis de resiliencia.
Ahí es donde entra en juego la tecnología como forma de reducir esa carga humana y darnos un pequeño respiro. Un camino hacia la jardinería inteligente que, si bien todavía en pañales, aspira a seguir los pasos de la hiperconectividad y la automatización que ya vemos en los hogares de hoy en día.
"El futuro va hacia un mundo sin cables, conectado y energéticamente eficiente. Lo que ya hemos visto con las casas inteligentes, continúa en el exterior: la tecnología digital se está apoderando de la jardinería, por ejemplo, con la automatización del agua o el cortacésped", explica Fabio Banin, ingeniero agrónomo en Stiga, a D+I. "Actualmente, ya existe una alta demanda de dispositivos alimentados con batería que son eficientes en términos de consumo energético".
"También estamos viendo que muchos propietarios quieren la posibilidad de controlar las herramientas de su jardín por la aplicación. Y quieren mayor comodidad. Por ejemplo, un robot cortacésped que no necesite a un humano para determinar el perímetro de césped que hay que cortar".
Pregunta: ¿Cómo serán las herramientas que nos permitan tener esa jardinería inteligente, conectada y sostenible?
FB: Las nuevas baterías son cada vez más populares porque son particularmente flexibles. De este modo, al tener un tractor cortacésped de batería, así como otras herramientas de mano con la misma alimentación, el mantenimiento del jardín será mucho más fácil.
Esta tendencia hacia soluciones, que no solo protegen la naturaleza y reducen el consumo de energía, sino que también son muy potentes y aportan la mayor flexibilidad posible, son realmente prometedoras. También están sucediendo muchas cosas en el sector del corte de césped inteligente. Ya existen robots cortacésped que trabajan con la ayuda de un algoritmo especialmente desarrollado y sin necesidad de cable.
P: ¿Podemos olvidarnos de los cortacéspedes de gasolina, en un paso adelante en una transición verde que nazca desde los jardines de los ciudadanos?
FB: A diferencia de los cortacéspedes de gasolina, los de batería son, ante todo, una cosa: silenciosos. Pero tampoco expulsan emisiones de CO2 que dañan la atmósfera, requieren menos mantenimiento y son ligeros, lo que les hace más manejables.
Comparado con otros cortacéspedes eléctricos, los alimentados por batería no tienen cable que se enrede o desenchufe. La energía ya no es un problema con los nuevos modelos: las últimas baterías de iones de litio prácticamente nunca se descargan si no se usan, por lo que pasan el invierno sin problema y se recargan rápidamente después de cortar el césped.
P: Comentaba acerca de los robots autónomos, ¿cómo funcionan y hasta qué punto solventan el papel humano en estas lides?
FB: La razón número uno: un robot cortacésped ahorra mucho tiempo a los entusiastas del jardín porque son autónomos. Además, mejoran la apariencia del césped porque los robots cortacésped lo trituran. Esto significa que los recortes de césped caen sobre el suelo, aportándole nutrientes. Un corte regular y frecuente también incrementa el grosor del césped.
Y, por supuesto, como con todas las herramientas de batería, funcionan sin emitir emisiones y con poca energía. También son perfectas para los alérgicos que quieran evitar el polen que se levanta del césped cuando lo cortan.
Nuestro robot, por ejemplo, puede completar su trabajo en solo dos sesiones de corte al día, dándole a las raíces cinco horas para sanar y volver a una posición vertical, garantizando un césped denso y saludable. Por otro lado, sus innovadores sensores de lluvia envían de nuevo al robot a la plataforma de carga cuando hay mal tiempo, preservando la salud del césped. Además, limita las sesiones de corte a las horas de luz para proteger a la fauna nocturna y minimizar las emisiones de ruido, con respecto al día.