Un automóvil es un prodigio de la ingeniería al que ya estamos más que habituados. Su evolución desde que arrancó el primer vehículo a motor siempre ha ido a la par de los desarrollos tecnológicos, que permitieron que se convirtiera en un medio de transporte popular durante el siglo XX.
Más, desde que la compañía de Henry Ford implantara la producción en cadena, revolucionando una industria que, hasta ese momento, seguía unos procesos muy artesanales y costosos.
Desde entonces, los coches no han parado de evolucionar. Los fabricantes han añadido mejoras a los sistemas de conducción, a sus diseños y, sobre todo, a su seguridad para salvaguardar la integridad física de las personas. Un factor, este último, que ahora se topa con un nuevo reto: los riesgos añadidos de los vehículos conectados derivados de la integración de un mayor número de tecnologías.
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“Unas amenazas que pueden suponer un peligro elevado para propietarios, pasajeros e incluso peatones son la suplantación de la identidad de un vehículo; o la inutilización de algún tipo de sensor o sistema de información imprescindible para la conducción autónoma”, apunta el director de IT&OT Security del centro tecnológico Eurecat, Juan Caubet, en una entrevista con D+I.
Amenazas a las que añade otras, como la posible manipulación de los sistemas autónomos de toma de decisiones, o la intercepción de las comunicaciones que se producirán entre vehículos y de estos con las infraestructuras por la que circulan.
Identificar las vulnerabilidades
Conocidos los riesgos, y para identificar las principales debilidades de los vehículos conectados y autónomos, Eurecat coordina desde hace unas semanas el proyecto Selfy, en el que trabaja un consorcio formado por 16 entidades –cinco de ellas españolas– incluidas empresas, centros tecnológicos, de investigación, universidades y asociaciones.
El fin es “la investigación y desarrollo de un sistema colaborativo y dinámico de análisis continuo de vulnerabilidades del vehículo, que se encargará de reportar los resultados a la infraestructura y, de esta forma, se dispondrá de una visión más global del nivel de inseguridad de las flotas”, explica Caubet.
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La iniciativa también contempla desarrollar protocolos de comunicación “más seguros y confiables” para que los vehículos se comuniquen con otros vehículos y con la infraestructura. Además de diseñar un sistema de anonimización de las imágenes que captan y un mecanismo para realizar actualizaciones de software por comunicación inalámbrica, minimizando los riesgos.
Todas las herramientas que surjan del proyecto Selfy se validarán primero con simulación y en un entorno de laboratorio para, posteriormente, construir tres escenarios reales y controlados para demostrar su rendimiento y utilidad. Preguntado sobre la colaboración de alguna compañía de automóviles en el proyecto, Caubet indica a este medio que lo que se pretende es “desarrollar tecnología de seguridad independiente de los fabricantes, de forma que pueda ser integrada en cualquier vehículo”.
Consorcio multinacional
El proyecto arrancó el pasado 1 de julio y tendrá una duración de tres años. “Además de la coordinación del proyecto, Eurecat realiza actividades de investigación y desarrollo de un sistema inmunológico para detectar situaciones comprometidas, anomalías o intrusiones, un sistema de auditoría colaborativo y dinámico o protocolos de comunicación seguros”, concreta Caubete
Dentro del consorcio, y también centro tecnológico, Tecnalia investiga y desarrolla diferentes tecnologías, al igual que la empresa Ficosa. Por su parte, Applus Idiada proporciona principalmente infraestructura para realizar la validación de las herramientas y la Asociación Española del Vehículo Autónomo Conectado lidera las tareas de comunicación y estandarización.
El resto de los socios colaboran desde diferentes países: Francia con CEA, CANON y YoGOKO; Alemania con la Universidad Technische Hochschule Ingolstadt; Austria con Virtual Vehicle y City of Viena; Países Bajos con Eindoven University of Technology; Japón con Okayama University; Australia con RMIT University y Turquía con FEV.
La finalidad es que las nuevas herramientas “se puedan implementar fácilmente, para proporcionar autoconciencia, autoresiliencia y confianza al usuario final, y dar respuesta a la normativa europea que exige certificados de ciberseguridad para este tipo de vehículos”, recalca el director de IT&OT Security de Eurecat.