REDIT es la red valenciana conformada por 11 centros tecnológicos y Fernando Saludes, su presidente, atiende a D+I para hacer balance de un 2022 que ha transcurrido entre la estabilización de la pandemia y la resaca de las celebraciones del 20 aniversario de la entidad -en 2021-.
¿Qué sensaciones tiene al acabar 2022?
La verdad es que la sensación es muy buena. Ha sido un año de mucha actividad tanto para la red como para nuestros institutos tecnológicos y hemos puesto en marcha más de 2.600 proyectos que han servido para mejorar la competitividad de nuestras empresas, nuestro territorio, el medio ambiente y solucionar problemas reales de las personas.
También hemos aumentado en talento. Somos ya casi 2.000 profesionales del ámbito científico-tecnológico en toda la red. Además, la asociación REDIT goza de más salud que nunca, así que abordamos los próximos 20 años de nuestra historia con toda nuestra energía.
¿Cuál diría que ha sido el principal hito de REDIT este año?
Es difícil quedarse con una única cosa. Destacaría los estudios que elaboramos y presentamos todos los años y que nos aportan conocimientos a nosotros y al ecosistema de innovación.
En este ejercicio hemos medido la percepción social de la innovación en la Comunidad Valenciana; hemos analizado y propuesto palancas para mejorar la competitividad de nuestra región y hemos estudiado nuestro impacto social. En este sentido fue una gran alegría para nosotros constatar que por cada euro invertido en las actividades de nuestros institutos se obtiene un retorno social de 7,64 euros.
También hemos lanzado Redit Ventures, nuestro vehículo de inversión para fomentar la creación de nuevas empresas de base tecnológica y hemos celebrado en la sede de la CEOE nuestro encuentro REDIT Summit que ha sido un auténtico éxito.
Otro hito de gran relevancia para la red de centros ha sido la reciente aprobación por parte de Consell de la posibilidad de aplicar la plurianualidad en los proyectos abordados en el seno de los centros tecnológicos.
Es una iniciativa abordada de la mano de las Consellerias de Hacienda y Economía, a través del IVACE y de la Secretaría Autonómica de Hacienda, respectivamente, y que ha contado con un amplio consenso y apoyo por parte de todos los grupos de las Cortes Valencianas. Este hito es de crucial importancia para dotar de un adecuado marco temporal y presupuestario a los proyectos de generación de conocimiento más disruptivos y ambiciosos de la red.
Por último, considero también muy relevante el nuevo marco de colaboración sistémica habilitada por la AVI -Agencia Valenciana de la Innovación- entre el ámbito tecnológico y científico, donde de forma recurrente se celebran jornadas y dinámicas de trabajo entre los científicos de las universidades y los tecnólogos de los institutos tecnológicos, con el fin de identificar y activar posibles ámbitos de colaboración.
Iniciativas como esta permiten aprovechar y alienar mejor el excelente talento con el que contamos en el ecosistema, a la vez que consolida las redes de confianza y excelencia necesarias para posicionarse como actores de referencia y relevancia en el ámbito nacional e internacional.
¿Algún fracaso o algo que quisieran hacer y no han podido?
La verdad es que creo que este año no podemos hablar de fracasos. Al contrario, ha subido tanto la inversión pública como privada en I+D+i y esto siempre se traduce en un empuje positivo tanto para el territorio y para las empresas. Creo que estamos en una buena senda y que en los próximos ejercicios deberíamos seguir esforzándonos por mantener y acrecentar si es posible esta inversión como hacen los países más avanzados que tenemos a nuestro alrededor y a los que nos queremos parecer.
También hay algunas cuestiones como la formación, el fomento de la cultura innovadora y la percepción social de la importancia de la innovación… que tendremos que abordar de una manera estratégica como región y país en los próximos años.
El sector tecnológico vive un momento de luces y sombras. Luces porque sigue siendo un sector clave para la economía del futuro y sombras porque tampoco es ajeno a la situación económica global (despidos en empresas tecnológicas, incertidumbre en suministros, expectativas de recesión…). ¿Cómo se vive esta situación desde REDIT?
Está claro que todos sufrimos los vaivenes e incertidumbre de la economía y de la coyuntura mundial, pero a priori los centros han mantenido una gran actividad y correcta evolución durante el presente año, situación que esperamos podamos confirmar cuando tengamos los indicadores de este año, que estarán en marzo de 2023.
Personalmente creo que gran parte de esta buena dinámica tiene que ver con un cambio de paradigma al que hemos asistido en los últimos años, que ha sido especialmente reforzado por la pandemia: la cada vez mayor asunción por parte del tejido productivo y de las administraciones, grupos políticos y agentes sociales, de que la mejor apuesta de futuro para una región es apostar decididamente y sin complejos por la I+D+I.
Ciencia, innovación y tecnología, trabajando colaborativa y complementariamente, son la mejor medicina preventiva para asegurar la calidad de vida futura de nuestra sociedad, y el mejor antídoto para afrontar y salir reforzados de las diferentes crisis que cíclicamente hemos de encarar.
Precisamente por esto defendemos en REDIT vez tras vez que la apuesta por la I+D+i, debe ser constante y sostenida en el tiempo. Desde la red llevamos a cabo misiones tecnológicas todos los años a diversos países y en los más punteros en innovación esta es la tónica: la inversión no depende ni de los ciclos políticos ni de los altibajos económicos.
Siempre han dicho que REDIT es el aliado perfecto para las empresas. ¿Qué puede aportar en términos cualitativos y cuantitativos REDIT a las empresas en este contexto de incertidumbre económica?
En los últimos años hemos elaborado diferentes estudios que demuestran que las empresas que trabajan con nosotros son un 7% más productivas y exportan un 25% más a los países de fuera de la Unión Europea. Además, las empresas que colaboran con nuestros centros desarrollan más innovación de producto, en un porcentaje 12 puntos superior con respecto a las empresas que no colaboran; son 20 puntos porcentuales más activas en proyectos de I+D interna y captan más financiación pública, ya que su probabilidad de conseguir fondos de las Administraciones es 30 puntos porcentuales superior a la de las empresas que no colaboran.
Algo muy interesante es que somos una red cercana a las empresas, ya que estamos muchas veces a pie de fábrica, lo que nos permite identificar con precisión sus carencias innovadoras y dar una respuesta rápida y certera a sus dificultades de desarrollo. Esto se refuerza con el intenso soporte que ofrecemos a nuestras empresas cliente en materia de certificación y laboratorio, siendo en la actualidad la primera red de laboratorios acreditados por ENAC de España, así como en formación y transferencia tecnológica de vanguardia.
"Las empresas que trabajan con nosotros son un 7% más productivas y exportan un 25% más a los países de fuera de la UE".
Leyendo la última memoria anual publicada, observamos la gran cantidad de proyectos colaborativos que se acometieron entre diferentes centros. ¿Cómo va a seguir fomentándose ese espíritu de cooperación?
Uno de los objetivos principales de REDIT es fomentar la colaboración entre nuestros centros asociados y va a seguir siendo una línea de trabajo fundamental de futuro. La cooperación es clave en cualquier proceso de innovación y más en los de envergadura y, en nuestro caso, hace que utilicemos los recursos de manera más eficiente y eficaz.
La propia existencia de Redit ya es toda una declaración de intenciones de la apuesta de los centros que la integran por fomentar la colaboración y complementariedad entre ellos, y con el resto de los agentes del ecosistema.
Por citar algunos ejemplos quiero destacar Redit Mobility, la alianza en torno a los retos de la movilidad inteligente, sostenible y conectada; o Redit Ventures, antes mencionado, que supone la apuesta de la red por fomentar el desarrollo del tejido productivo mediante la creación de empresas tecnológicas altamente innovadoras y disruptivas.
Otro caso es el de INESCOP, AITEX y AIJU, que han inaugurado recientemente la primera planta de reciclaje de España y Europa para los sectores del calzado, textil y juguete y que se puede visitar en Elda. Muchos de estos proyectos cuentan con financiación pública, por ejemplo, en este caso de IVACE. Sin este apoyo sería muy difícil acometerlos.
¿Hay alguna posibilidad de sumar algún centro tecnológico más a la red en los próximos años?
A priori no se contempla como necesario. Las estructuras de innovación y tecnología presentes en cada región, son en gran medida un reflejo de las necesidades y carencias que han ido atendiendo y cubriendo desde su creación.
En el caso de la Comunidad Valenciana, que fue pionera en el despliegue de este tipo de infraestructuras, la red de centros tecnológicos se acometió principalmente en dos etapas: una primera etapa abordada más desde una perspectiva sectorial, y que dio cobertura a un tejido productivo diversificado sectorialmente, descentralizado territorialmente y con una especial prevalencia de pymes; y una segunda etapa abordada desde una perspectiva más transversal, donde se desplegaron una serie de centros que daban cobertura en ámbitos transversales de conocimiento, como lo son la energía, las TIC o la logística.
El fruto de todo ello actualmente es una red matricial de amplio espectro, que combina una gran profundidad sectorial, una gran transversalidad en materia de tecnologías y conocimiento, y que es capaz de ir evolucionando y dando cobertura a los nuevos retos y ámbitos de desarrollo que van identificándose en el entorno. Asimismo es prioritario aprovechar y potenciar al máximo las infraestructuras y capacidades de conocimiento y gestión ya desplegadas por los agentes, canalizando los esfuerzos en potenciar la colaboración y complementariedad entre ellos para acometer retos de mayor calado, relevancia y disrupción en el ecosistema
Si seguimos trabajando en estrechar nuestras líneas de colaboración y también con los demás agentes que forman el ecosistema, podremos seguir dando un excelente servicio a nuestras empresas. Si surgen nuevas necesidades en el futuro, ya las analizaremos bajo ese prisma de eficacia y eficiencia.
Sintonía con la Generalitat Valenciana
La sintonía que existe entre REDIT y la Generalitat Valenciana es evidente y necesaria. Aun así, ¿qué aspectos se pueden mejorar en esa relación?
Yo creo que la pandemia ha marcado un punto de inflexión en el que hemos conocido mucho mejor a las personas que están detrás de las administraciones, las empresas y los agentes. Hemos sido capaces entre todos de abrir líneas de diálogo constructivas, y trabajar unidos para el bien común que perseguimos: la mejora de nuestra competitividad, entorno y vida de los ciudadanos.
El apoyo de IVACE a los institutos tecnológicos que ha aumentado un 150% desde 2015, de 22 millones de euros a 56 en 2021, ha sido fundamental para lograr los buenos resultados que estamos obteniendo y aumentar nuestro apoyo a las empresas y trabajar mirando a futuro. También valoramos muy positivamente la acción de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) y de la Conselleria de Innovación que, a través de diferentes líneas, están contribuyendo a la consolidación del sistema de innovación de la Comunidad Valenciana.
¿Encontramos el modelo REDIT en otras regiones españolas o europeas? ¿Por qué cree que cualquier región debería apostar por este trabajo en red?
Hay modelos similares pero lo cierto es que nosotros, por nuestro expertise, ya que contamos con centros que tienen más de medio siglo de existencia, como por el tejido empresarial al que servimos, compuesto básicamente por pymes y micropymes, somos un ejemplo reconocido de buena práctica a nivel nacional e internacional. De hecho, en los últimos meses estamos abriendo nuevas líneas de trabajo en países por ejemplo de Sudamérica, que tienen tejidos productivos similares a los nuestros.
A nivel nacional también somos los que mejores resultados conseguimos en pymes. En definitiva, nuestro modelo valenciano público-privado de apoyo a la innovación empresarial ha resultado ser muy eficaz y nos ha permitido situarnos como referentes a nivel nacional e internacional.
Además, aunque aún estamos lejos de los niveles europeos de inversión en I+D+i a nivel regional y europeo tenemos que fijarnos en nuestra evolución, que nos ha permitido subir 30 posiciones a nivel europeo en los últimos meses, lo que demuestra que tenemos la visión y estrategia adecuada en esta materia.
Si seguimos haciendo los deberes e invirtiendo de forma continuada y decidida en I+D+i desde el sector público y privado, garantizaremos un futuro más sostenible y justo para las nuevas generaciones, no solamente en nuestro territorio, sino también en todas las regiones y países, en los que actualmente estamos trabajando y que se pueden beneficiar de esta evolución.