Más del 60% de las empresas de alto rendimiento (los top-performers) ha aumentado este año la inversión en IA en todas las áreas, en respuesta a la situación derivada de la crisis de la Covid-19. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘El Estado de Inteligencia Artificial 2020’, elaborado por McKinsey & Company.
Los resultados de la encuesta, en la que han participado 2.395 ejecutivos de distintas regiones, industrias y empresas, recogen la creciente división entre las empresas de alto rendimiento y otras compañías que no han rentabilizado aún la inversión acometida. Los sectores que han liderado esta mayor adopción de IA son la industria sanitaria, la automoción y los servicios financieros.
Al mismo tiempo, en este informe se ha medido por primera vez la relación entre la adopción de IA y los resultados económicos. El 22% de las empresas que han implementado algún tipo de IA observan un impacto positivo sobre su EBIT mayor del 5% atribuible directamente a su uso.
Asimismo, las empresas de alto rendimiento tienen el doble de probabilidades de reportar un crecimiento del EBIT superior al 10%. Estas organizaciones, además, exhiben una mayor flexibilidad organizacional, así como la adopción de mejores prácticas alrededor de modelos, herramientas, tecnología y uso de datos.
Para ello, es indispensable que los líderes de negocio, analytics e IT estén en sintonía sobre el potencial valor que puede proporcionar. Su aplicación requiere una inversión suficiente en talento (la figura de translators), y asegurar que todos los empleados involucrados cuenten con las habilidades necesarias.
A pesar del consenso sobre los potenciales riesgos que puede acarrear la IA (tales como violaciones de privacidad, sesgos no intencionados y otros resultados negativos), la encuesta muestra que aunque muchas compañías no reconozcan todos los riesgos asociados a esta tecnología, se están impulsando las palancas para mitigar algunos de ellos. El informe destaca también que la ciberseguridad y el cumplimiento normativo son los riesgos asociados a la IA considerados más relevantes.