En Denia, como sucede en el resto de localidades de la costa mediterránea, la población aumenta durante la época estival, llegando incluso a duplicarse. De los alrededor de 45.000 habitantes empadronados en esta ciudad alicantina, en verano pasan a superar los 100.000 entre las personas que trasladan aquí su residencia durante esos meses o las que disfrutan de sus vacaciones.
Esto aporta riqueza, pero supone un esfuerzo para satisfacer el incremento en la demanda de los servicios, entre ellos el abastecimiento de uno de los bienes más preciados en la zona: el agua. Su gestión eficiente no sólo está relacionada con la estacionalidad, sino también con problemas sistémicos que causan pérdidas en varios puntos de la cadena de abastecimiento, algunos comunes a la red de toda España.
“Las filtraciones y la corrosión, derivadas del tipo de agua desalada que se usa en Denia, son problemas recurrentes que contribuyen a las fugas en el sistema de tuberías. Este riesgo se incrementa en las temporadas de aumento del consumo, como el verano, ya que los depósitos necesitan distribuir agua a más áreas de lo habitual, lo que complica la detección y reparación de esa fugas”, explica Renzo Lovón, responsable de operaciones y analítica de datos de Aqualia, en conversación con D+I - EL ESPAÑOL.
Control del agua
Esas fugas, junto con roturas y averías en las tuberías, representan una pérdida de 38 litros diarios por habitante en España, según datos de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamientos (AEAS). Esto se debe, en gran parte, al deterioro acumulado a lo largo de los años en la mayoría del sistema de abastecimiento, que requiere de un mantenimiento difícil de abordar mediante los procedimientos convencionales. "Es crucial mantener un control tanto del agua distribuida como del agua consumida; a esto se suman los episodios de sequía cada vez más frecuentes", señala Lovón.
Durante la entrevista, recuerda que hace tres años tuvieron que enfrentarse a una severa sequía en Vigo, lo que los llevó a contemplar el diseño de un sistema para monitorizar el agua desde dos perspectivas: consumo y detección de fugas “para anticiparnos los problemas de nuestros clientes”. Fue entonces cuando comenzaron a implementar "medidores inteligentes" en los contadores para obtener lecturas más precisas y frecuentes.
Sin embargo, la implantación de este sistema trajo consigo un nuevo desafío: la gestión de la gran cantidad de información generada por estos medidores. “Empezamos a recibir datos diariamente en intervalos cortos de tiempo, pero necesitábamos gobernarlos y entenderlos para sacarles utilidad”, explica el responsable de operaciones de Aqualia.
A finales de 2021 iniciaron un proyecto de la mano de SDG, compañía especializada en analítica de datos e inteligencia artificial, ya operativo desde noviembre de 2022. "La sensorización de la red, la mejora en las comunicaciones y el aumento de las capacidades de almacenamiento y procesamiento de la información han permitido "dar un gran paso en lo que respecta a la detección temprana de fugas en las redes de distribución y captación de agua, así como en el tiempo de reacción y resolución de incidencias", cuenta Valentina González, responsable de Business Intelligence en SDG Group.
Detección temprana de fugas
Ahora utilizan algoritmos avanzados para analizar datos que comparan la demanda prevista con el consumo real. “Si hay una discrepancia significativa, es probable que haya una fuga en esa área, y el sistema automáticamente genera un expediente y una orden de trabajo”, describe el responsable de operaciones de Aqualia.
Esa orden se envía al operario a través de su teléfono móvil, indicando la ubicación de la posible fuga para su inspección y determinar si es real o hay otras razones, como una acometida de incendios o una avería en proceso de reparación. En caso de confirmarla, se procede a su reparación.
“Si bien hay fugas que son evidentes y no requieren de un sistema complejo para su detección, la mayoría son menos obvias y pueden pasar desapercibidas, lo que resulta en la pérdida de grandes cantidades de agua. Detectarlas a tiempo puede ser crucial para evitar pérdidas innecesarias”, manifiesta Lovón. Este nuevo enfoque no sólo contribuye a la conservación de ese recurso hídrico, sino que también mejora la eficiencia en la distribución de agua.
Además, Aqualia ha desarrollado la capacidad de alertar a los clientes a través de su aplicación móvil sobre consumos anómalos o comparándolos con los de usuarios similares. Asimismo, tienen la opción de establecer límites de gasto y recibir alertas en caso de fugas mientras se encuentran fuera de casa.
Mejor rendimiento hidráulico
Esta transformación en la gestión de fugas de agua ha sido posible gracias a la combinación de diversas tecnologías, como el cloud computing, el procesamiento distribuido, la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
Este conjunto de herramientas ha permitido pasar de un enfoque manual a otro semiautomático. "Con una tasa de acierto superior al 60%, esto se traduce en la posibilidad de actuar de manera inmediata y, por ende, en el ahorro de una gran cantidad de agua que, de lo contrario, se desperdiciaría", destaca González.
Han conseguido mejorar el rendimiento hidráulico entre un 5% y un 8%. En el caso específico de Denia, comparando datos entre 2019 y 2023, se ha logrado un incremento del 60% en la tasa de detección de fugas, una reducción del 7% en las pérdidas de agua en la red y una mejora del 15% en la eficiencia energética, según la propia compañía.
Además de implementarse en esta localidad costera de Alicante, el sistema ya está operativo en Talavera de la Reina (Toledo), y se encuentra en proceso de instalación en otras ubicaciones como Oviedo, Salamanca, Llumajor (Mallorca) y Adeje (Tenerife).
"Cada ubicación presenta una casuística diferente, especialmente en lo que se refiere al tipo de agua que circula por la red, lo que provoca un desgaste distinto en las tuberías. Este factor nos proporciona datos valiosos para alimentar el sistema y mejorar nuestras predicciones”, añade Lovón.
Además, la empresa tiene planes de expandir este sistema a otros países, con Francia como su primer destino, donde ya prestan servicio a más de 900.000 habitantes de 154 municipios en las regiones de Île de France, Eure et Loire y Bretaña. Una apuesta que se enmarca dentro su estrategia en innovación y tecnología, en la que Aqualia invirtió 16,8 millones de euros durante 2022, un 216 % más que el año anterior.
Una compañía 'data driven'
Los datos no lo son todo. Son muchas las compañías que siguen sin ser conscientes de qué pueden extraer de ellos porque, para obtener conocimiento, es preciso ordenarlos y procesarlos.
Aqualia ha contado para ello con SDG Group, pero también con Penteo para saber si estaban obteniendo la información que necesitaban. "Los proyectos de analítica avanzada tienen que trasladarse a un impacto en el negocio, con un retorno claro en rentabilidad, productividad y eficiencia", explica Adrián López, asesor del área digital de Penteo, a D+I - EL ESPAÑOL.
"Al poner el dato en el centro, las organizaciones pueden reaccionar mejor en entornos muy cambiantes, ya que les permite adaptar el modelo de negocio más adecuado al contexto en el cual compiten", asevera.
En el caso de Aqualia, el proyecto de prevención de fugas ha tenido impacto en mejoras en rendimientos hidráulicos en torno a un 5% - 8% en los municipios donde se ha desplegado, a la vez que importantes ahorros económicos y mejora de la cadena operativa, contribuyendo a todo su plan de digitalización.