La intersección entre tecnología y finanzas lleva ya tiempo generado un impacto significativo en la forma en que los bancos operan, interactúan con los clientes y gestionan riesgos. Entre esas tecnologías, la última que está generando mucho que hablar, dentro y fuera del sector financiero, es la inteligencia artificial que ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad.
Su aplicación, de hecho, ya está proporcionando servicios más personalizados, cambiando la forma en la que se gestiona la seguridad y el modo en el que se toman las decisiones en un mercado cada vez más global. Pero, ¿cómo está impactando realmente en el día a día de las instituciones financieras, de pago y bancarias y en la experiencia de los consumidores?
Dar respuesta a esta cuestión así como analizar las oportunidades que surgen de la aplicación de la inteligencia artificial (IA) en la banca moderna y los desafíos regulatorios que acompañan a esta revolución digital, era el objeto de la mesa redonda organizada por la Universidad Camilo José Cela y D+I - EL ESPAÑOL.
En ella participaron José Manuel de la Chica, responsable de innovación en inteligencia artificial y CTO de Santander Universidades; Jaime Echeverri, especialista en soluciones de Riesgo e Identidad de Visa en Europa; Alberto López, responsable de producto de soluciones de ciberseguridad para la lucha contra el fraude en Mastercard Europa; Carles Marcos, director general de Qonto España; Fabiola Nasca, directora de Proyectos Cognitivos de Banco Sabadell; y Marc Sabadí, vocal de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y responsable de Innovación de Identidad en Mitek.
Un encuentro en el que, de partida, todos coincidieron a señalar cómo la inteligencia artificial hace años que se utiliza en el sector financiero aunque para servicios muy concretos y más “en la retaguardia de las entidades”, explicaba José Manuel de la Chica, responsable de innovación en inteligencia artificial y CTO de Santander Universidades.
“Sin embargo con la eclosión de la IA generativa esta tecnología se vuelve de propósito general, es una especie de navaja suiza que habla el mismo lenguaje del cliente y eso nos permite lanzar servicios hacia fuera de las entidades”, añadía.
Una oportunidad que, sin embargo, no todas las entidades están abordando igual ya que como explicaba en ese sentido Fabiola Nasca, directora de Proyectos Cognitivos de Banco Sabadell, en su caso “la inteligencia artificial generativa la estamos aplicando únicamente a procesos internos, como extraer información de documentos o hacer consultas a los mismos. Hacia el cliente final directamente no, por los riesgos que puedan darse”.
Riesgos y desafíos que, como apuntaba Fabiola Nasca, son aún muchos y de muy diversa índole y apuntaba, como ejemplo, la necesidad de poder explicar las decisiones que toma un modelo de IA generativa, algo que también reclamaba Alberto López, responsable de producto de soluciones de ciberseguridad para la lucha contra el fraude en Mastercard Europa.
Como explicó el propio hecho de que los algoritmos vayan aprendiendo y, por lo tanto, cambiando hace que “a veces no podamos saber realmente el porqué de una decisión concreta. Actualmente son auténticas cajas negras”.
Una transparencia a la que Alberto López añadía otro reto: “A los sistemas de IA y de IA generativa también hay que protegerlos porque pueden sufrir manipulaciones (si introduces y entrenas el modelo con datos erróneos, obtienes respuesta erróneas) así como ingeniería inversa (descubriendo cómo funciona el algoritmo puedes y manipulando su mecánica) y ciberamenazas tradicionales como un ataque de denegación de servicio”.
En ese sentido Marc Sabadí, vocal de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y responsable de Innovación de Identidad en Mitek apuntaba también la cara B de la inteligencia artificial “con la que es posible desde crear documentos de identidad falsos a incluso un vídeo suplantando la identidad de una persona y con ello abrir una cuenta bancaria”.
Por ello, decía, “la biometría multimodal o la llamada seguridad adaptativa toman cada vez más peso a la hora de verificar la identidad digital de los clientes en el sector financiero”.
Medidas que no solo deben ir en pro de la seguridad sino también de la sencillez “para que no se produzca una excesiva fricción y genere frustración en el usuario”, destacaba por su parte Jaime Echeverri, especialista en soluciones de Riesgo e Identidad de Visa en Europa que aprovechó además para recordar la importancia de educar a la sociedad en el uso de tecnologías como la IA. “La inteligencia artificial es y debemos verla como una herramienta; no podemos hacerle preguntas categóricas y creer que sus respuestas son verdad absoluta. Hay que poder interpretarlas y para eso necesitamos formación”.
Regulación y transparencia
Pero Jaime Echeverri también quiso poner sobre la mesa otro aspecto crucial en la aplicación de la IA en el sector financiero, la regulación, “especialmente necesaria en este sector”, apuntaba.
Algo en lo que de nuevo coincidieron todos así como en la gran labor precisamente normativa que se están haciendo del desarrollo de la inteligencia artificial en Europa.
“Somos unos afortunados por vivir en este continente donde el compromiso con un desarrollo “vigilado” y con criterios éticos de la IA es evidente”, afirmaba Carles Marcos, director general de Qonto España.
“Europa está haciéndolo muy bien, estoy de acuerdo”, decía Fabiola Nasca, directora de Banco Sabadell. “En inteligencia artificial no todo vale, como señalábamos, su aplicación y desarrollo debe cumplir una serie de requisitos, de explicabilidad, transparencia y ética que hay que regular”, apuntaba aunque también pedía una mayor agilidad “ya que muchas veces la tecnología va por delante de las normas o leyes que cuando se aprueban ya están desfasadas”.
A esa agilidad también desde AEFI y Mitek Marc Sabadí añadía la necesidad de que la regulación no sea tan férrea que “suponga un freno a la innovación”.
Por su parte José Manuel de la Chica, de Santander Universidades, también defendía el desarrollo de una IA responsable. “El cumplimiento normativo es esencial así como lo es una visión holística en la que hay que tener en cuenta la ética, la propiedad de los datos, la ciberseguridad, etc.”
Regulación, ética y colaboración, demandaba Alberto López, de Mastercard Europa quien señaló en ese sentido que “debemos ir todos juntos en este desafío y no ir por libre. No es solo una cuestión de cómo aplico la IA a los clientes de mi entidad sino cómo lo hacemos todos a todos los clientes; de hecho, cuanta más información tengamos todos más fácil será no caer en sesgos o poder explicar cómo funciona un modelo y por qué toma una decisión y no otra”.
Y una última reflexión común a todos los participantes pero a la que ponía voz Carles Marcos, director general de Qonto España: “Es verdad que la IA generativa lo cambia todo pero lo más importante no ha cambiado: desarrollar casos de uso que realmente aporten valor; lo relevante es saber hacia dónde conducir la inteligencia artificial y eso, como todo, al final es un tema de personas. Son ellas las que tienen que saber utilizarla, para poder también conocer los riesgos que implica. Y en ese sentido tenemos una responsabilidad como sector y como sociedad”.