Actualmente, el 96% del hidrógeno producido en todo el mundo proviene de fuentes fósiles: 48% gas natural, 30% petróleo, 18% carbón y solamente un 4% con electrólisis del agua. Tan sólo un 1% tiene su origen en fuentes renovables, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
La Hoja de Ruta española del Hidrógeno establece que para 2030 un 25% del hidrógeno consumido por la industria nacional sea renovable y que, además, dicha fuente sea capaz de comenzar a impulsar la red de transporte nacional.
Para alcanzar este objetivo, una de las iniciativas que se han puesto en marcha es el proyecto Zeppelin, financiado por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Su objetivo es obtener hidrógeno renovable a partir del tratamiento de aguas residuales procedentes de la industria agroalimentaria y de los lodos de las depuradoras.
40 años de energías renovables
Entre los participantes en la iniciativa figura Norvento, una empresa lucense familiar fundada en 1981. “Como expertos en energías renovables, en Zeppelin investigaremos las tecnologías de fermentación oscura, es decir, sistemas para la obtención de biohidrógenos a partir de residuos orgánicos en ausencia de luz y por la acción de bacterias anaeróbicas”, detalla el responsable de Negocio de Biogás de la compañía, Javier Taibo, a D+I.
Desde sus inicios, esta entidad se enfocó al sector de las renovables. Sus primeros pasos en el mundo de la energía estuvieron relacionados con la explotación de minicentrales hidráulicas. Hoy han ampliado sus campos de especialización a, entre otros, el almacenamiento energético y sistemas de autoconsumo, “como la generación fotovoltaica, eólica o mediante biogás y el almacenamiento con baterías”, explica Taibo.
“Comenzamos a desarrollar tecnología propia en el año 2009 con el aerogenerador de media potencia nED100 de 100 kW destinado al autoconsumo industrial, diseñado y fabricado íntegramente por la compañía. Cuatro años después, se inauguró la primera fábrica de aerogeneradores que también ha servido como ‘laboratorio’ para el resto de las tecnologías desarrolladas dentro de la compañía”, añade.
En 2017, inauguraron su sede corporativa, el Centro de Innovación Norvento Enerxía (CIne). Un edificio totalmente desconectado de la red eléctrica y de gas “que se abastece con energía 100% renovable generada in situ. Es el perfecto ejemplo de nuestra apuesta sostenida por la I+D, que nos permite combinar el alcance y competitividad globales con el compromiso local y el desarrollo de tecnología propia en España”.
Innovación local con crecimiento global
Taibo reconoce que una empresa como la suya, con sede en Lugo, lejos de grandes núcleos urbanos “tiene ciertos inconvenientes, pero también muchas ventajas”.
Lo que sí tiene claro es cuál es una de sus señas de identidad: “creemos en la creación de valor en la comunidad local y no contemplamos un modelo de crecimiento que no beneficie a nuestro entorno […]. Y la manera de lograrlo es apostar por la innovación de manera decidida y con una visión a largo plazo”.
Uno de los hitos más destacados en su trayectoria ha sido la puesta en marcha de 128 MW eólicos en el año 2019. Hoy, desde una de las cuatro provincias gallegas, cuentan con una amplia presencia internacional con más de 700 MW renovables desarrollados y transferidos con éxito, y más de 1.000 MW de potencia renovable desarrollándose en todo el mundo en la actualidad.
Desde la compañía también destacan el crecimiento de su área fotovoltaica, que en el último trimestre de 2021 aumentó su cartera de proyectos en 10 MW que serán ejecutados este año.
Proyecto Zeppelin
Su participación en el proyecto Zeppelin, presentado a mediados de marzo, también figura entre uno de sus proyectos más ambiciosos. Junto a Norvento, forman parte del consorcio Aqualia, Repsol, Naturgy, Redexis, Reganosa, Perseo y Técnicas Reunidas.
Se estima que esta iniciativa, que cuenta con 4,23 millones de subvención del Estado, alcance una producción de 135.000 toneladas de hidrógeno verde al año. “Cantidad suficiente para satisfacer las necesidades energéticas de toda la red ferroviaria española”, afirma Taibo.
“Además, esto contribuirá a avanzar en el ámbito de economía circular, al revalorizar más de 99 millones de toneladas de residuos y 50 millones de toneladas de aguas residuales municipales”.
“La intención –concluye el ejecutivo de Norvento– es lograr reducir costes económicos, energéticos y ambientales en relación con la producción actual de hidrógeno para poder seguir impulsando y poniendo en valor la energía limpia y verde”.