Abrazado por los perfiles más seniors y exigido por los más jóvenes, el trabajo híbrido parece que ha llegado para quedarse pese a lo manido de la frase. Tras la obligatoriedad de trabajar en remoto que trajo consigo la pandemia durante sus primeras semanas, hoy son muchas las empresas y más los trabajadores que quieren mantener lo bueno de aquel modelo, combinándolo con el presencial que, sin duda, también tiene sus aspectos positivos.
El llamado modelo híbrido es hoy una realidad aunque depende de cada empresa y cada perfil profesional, con sectores como los de la industria o el retail donde su adopción, por razones obvias, es más difícil.
“Estamos viviendo una situación muy dispar”, ha señalado en ese sentido Jorge González, director nacional de Randstad Digital. “La adopción del modelo híbrido depende en gran medida de la madurez digital de cada compañía. Vemos una doble segmentación: empresas muy globalizadas y con modelos organizativos muy distribuidos, donde este modelo es más fácil; y empresas de sectores como la industria, la logística, etc. donde es más complicado y además solo es posible para determinados perfiles”.
Pero incluso cuando nos centramos en aquellas empresas que sí apuestan por el modelo híbrido encontramos que no siempre se dan las garantías mínimas para llevarlo a la práctica con éxito. De hecho es que, en este escenario, son varios los aspectos que hay que tener en cuenta y adaptarlos a esa nueva realidad, como ha apuntado Raquel Guijarro, responsable de Workplace Strategy de JLL España: “En todos estos proyectos se dan tres vertientes: espacios, persona y tecnología. Los tres tienen que tenerse en cuenta y tiene que propiciarse un equilibrio entre ellos”.
Así pues y siguiendo el esquema propuesto por la directiva de JLL España, el primero de los ingredientes en la receta del trabajo híbrido es el propio espacio de trabajo que, además de contar con las infraestructuras básicas y necesarias de conectividad y equipos, debe resultar “atractivo”.
Espacios, personas y tecnología
“Debemos diseñar los espacios de trabajo de tal forma que no exista fricción entre los empleados que están físicamente y los que se conectan desde su domicilio u otro lugar pero no solo eso, deben ser espacios colaborativos, abiertos, atractivos. En definitiva, que, de verdad, el empleado quiera ir a la oficina”, ha explicado Eva Sánchez-Caballero, Head of Solutions en Canon España.
Y es que hoy en día no es tan fácil que todos quieran ir a la oficina, ni siquiera una parte de la semana laboral, especialmente los profesionales más jóvenes. “Para la llamada Generación Z, que es la que se está incorporando ahora al mercado laboral, el trabajo es una herramienta y no el todo, como podían pensar generaciones anteriores. Estos nuevos perfiles, si no les das esa flexibilidad, rechazan incluso un trabajo”, ha indicado Ángela Castelló, Chief Revenue Officer de Startup Valencia.
No solo pueden llegar a rechazar un puesto de trabajo si no se les ofrece la posibilidad del modelo híbrido sino que, como ha añadido en ese punto Jorge González, perfiles concretos como los tecnológicos, “ni siquiera quieren ir algunos días a la oficina físicamente porque no creen en la presencialidad”.
Pero, ¿es positivo ese modelo 100% remoto? Los cuatros expertos coincidían en que no y reclamaban el modelo híbrido.
“Es que no todo vale; los perfiles más juniors tienen que empaparse de la cultura empresarial y conocer el negocio y eso, en la distancia como norma, es prácticamente imposible”, ha afirmado rotunda Ángela Castelló, de Startup Valencia.
Cultura y pertenencia
Crear esa cultura corporativa o saber transmitirla así como generar el necesario sentimiento de equipo son tareas más complicadas hoy, en un modelo híbrido y en el que conviven distintas generaciones.
“No solo es importante transmitir la cultura corporativa a los perfiles más juniors por edad sino también a todo aquel empleado que se incorpora a la compañía”, ha puesto sobre la mesa Raquel Guijarro, de JLL España.
Dentro de esa cultura, también es necesario contar con el compromiso y la convicción de “los de arriba”, ha reflexionado Eva Sánchez-Caballero, de Canon España así como creer en el modelo: “Cuando notas el apoyo desde arriba, todo es más fácil. Lo más importante es creer en ello porque, de lo contrario, por mucho que implantes las mejores soluciones de conectividad, los mejores equipos, etc. no servirá de nada. Hay que acompañar también a los empleados, enseñarles a utilizar esa tecnología y mostrarles el valor que tiene, cómo les ayuda a trabajar desde dónde sea, con total seguridad siempre”.
Nuevas formas de trabajar, con la tecnología como base y que requieren también de nuevos modelos de liderazgo, ha señalado Raquel Guijarro: “Es necesario apoyar a los managers, que son los que se enfrenta a gestionar esos equipos dispersos y diversos, tanto por la generación a la que pertenecen como por la madurez tecnológica que tienen”.
Tecnología que no solo ayuda a las empresas a hacer realidad el trabajo híbrido para sus empleados sino que es crucial también para la relación con otras empresas y entidades. “La tecnología hace posible que yo este en contacto con otras compañías, asociaciones, proveedores... Que trabaje con ellos, estén donde estén”, ha explicado Ángela Castelló quien también ha querido acordarse de las pequeñas y medianas empresas. “Vivimos un momento económico complicado y el reto es acompañar a las más pequeñas en su camino hacia la digitalización; los que estamos un poco más avanzados debemos ayudar a los que no porque su avance, el de todos, es bueno para la economía global del país”.
Eva Sánchez-Caballero ha incidido también en esa labor de “acompañamiento” a las pymes y a “cualquier empresa porque muchas no saben por dónde empezar siquiera. Démosles ejemplos de cómo lo estamos haciendo nosotros, que vean que sí pueden lograrlo”.
Y es que como ha resumido desde Randstad Digital Jorge González, “desafíos hay muchos: gestionar equipos a distancia, crear y transmitir la cultura corporativa, nuevas herramientas y modelos para medir el desempeño, etc. pero el principal sigue siendo incrementar la cuenta de resultados y la productividad del negocio afrontando todos esos cambios”.