El perfil tradicional del CIO, centrado en formación técnica o de ingeniería, está cambiando. Hoy en día, es común ver directivos en esta posición con antecedentes en negocios, finanzas o incluso derecho, aportando una perspectiva más amplia y estratégica a las compañías. Esta diversidad de conocimientos enriquece sus funciones, al tiempo que permite una mejor alineación con los objetivos empresariales. 

El papel que desempeña en las empresas el director de sistemas de información –más mencionado por sus siglas en inglés, CIO (Chief Information Officer)­– es objeto de debate desde hace unos años. Su rol ha experimentado una evolución desde posiciones únicamente operativas a estar integrados en la estrategia de negocio con diferentes grados de impacto.

“Históricamente, los CIOs han luchado con esa percepción de ser meramente operativos, dedicados a apagar fuegos y resolver problemas técnicos inmediatos”, aporta el director general de Penteo Research, Toni Guerra, en conversación con DISRUPTORES – EL ESPAÑOL.

“La clave para muchos sigue siendo demostrar su valor en la primera línea de la cuenta de resultados, aportando una responsabilidad real que trascienda lo técnico y se enfoque en cómo las tecnologías pueden generar ingresos y mejorar la rentabilidad”, añade.

Guerra reconoce que, aunque algunos CIOs tienen la oportunidad de liderar proyectos digitales, que incluyen la comercialización y el desarrollo de planes de negocio, esto no es la norma, “la mayoría de las veces se limitan a sectores o productos muy específicos”.



A pesar de ello, la tendencia creciente es que estos directivos busquen “formas de participar más activamente en las estrategias de ingresos, alineándose estrechamente con la dirección comercial y operativa de las empresas”. Algo que, si nos atenemos a las actuales prioridades del negocio, estaría en consonancia con sus funciones.

A día de hoy, las tres principales prioridades de las empresas son incrementar la productividad y la eficiencia (71%), aumentar la productividad (66%) y optimizar costes (43%), coincidiendo con el principal objetivo al que se dirigirá la inversión TI en 2024 en el 86% de las compañías (más eficiencia, menos costes y automatizar procesos), según un reciente análisis de Penteo.

Transición cultural y tecnológica

Hasta no hace mucho, la mayoría de los CIOs dependían del director financiero, pero esta estructura está cambiando y tan sólo el 14% de los encuestados en el informe de esta firma de análisis se supeditan a este departamento. La gran mayoría, el 62%, depende directamente del CEO, un 11% del director de operaciones y un 4% del responsable de digitalización. Además, un 55% ya forma parte del comité de dirección.

Para adoptar ese papel estratégico al que están transitando es fundamental la colaboración con otros directivos. El reto actual es eliminar los silos dentro del departamento de TI (tecnologías de la información), “promoviendo una simbiosis natural y fluida con otras áreas de la organización”, afirma Guerra. 



El analista de Penteo asevera que la figura del “business partner tecnológico” es cada vez más relevante, con profesionales de TI integrados directamente en los equipos de negocio, aportando su experiencia y conocimientos en este ámbito desde el inicio de los proyectos.

Pero advierte que para que un CIO tenga éxito en este nuevo rol, es fundamental que tanto él como su equipo entiendan el negocio lo mejor posible. Esto implica conocer cómo se generan los ingresos, cuáles son los desafíos específicos del mercado en el que operan y tener una visión clara de la cuenta de resultados. “Esta comprensión permite que tanto el CIO como su equipo hablen el mismo idioma que los demás líderes de la empresa, facilitando una colaboración más efectiva y estratégica”, subraya Guerra.



Por otra parte, las empresas ya están reconociendo la importancia de contar con un CIO para liderar no sólo la transformación digita de las compañías, también su crecimiento. Un ejemplo de esto es la expansión de operaciones a nivel internacional, “demostrando cómo un liderazgo sólido en TI puede apoyar el crecimiento y la internacionalización”.

Junto a estos condicionantes, Guerra también refiere la irrupción de tecnologías como la inteligencia artificial, que están democratizando el acceso a herramientas avanzadas, permitiendo que los equipos de TI se enfoquen más en añadir valor al negocio y menos en tareas operativas repetitivas. “Una transición que requiere que los CIOs adopten una mentalidad más de exploradores, buscando constantemente nuevas formas de aplicar la tecnología para resolver problemas de negocio”, aconseja.