Uno de los sectores que ha experimentado en mayor medida el impacto de la inteligencia artificial (IA) ha sido el de los seguros, donde dicha tecnología está aportando innovaciones que mejoran la eficiencia, personalización y la precisión en la gestión del riesgo. De hecho, según un estudio de Deloitte, el 70% de las aseguradoras está invirtiendo en este tipo de herramientas para mantenerse competitivas y relevantes en un mercado en constante evolución.
La Universidad Camilo José Cela (UCJC) y DISRUPTORES - EL ESPAÑOL han organizado una mesa redonda en la que han reunido a expertos en esta tendencia procedentes de diferentes firmas de esa industria, así como a académicos destacados, con el objetivo de analizar y debatir los avances, desafíos y las oportunidades que entraña la IA en estos servicios.
En concreto, han participado en la misma Daniel Almodóvar, Innovation Delivery Manager en Mapfre; Rubén del Campo, Head of Advanced Analytics, AI & Data Monetization en Nationale-Nederlanden; Moisés Piñeiro, director de Arquitectura de SISnet, compañía de Prosegur AVOS; José Luis Orós, vocal de la vertical de InsurTech de la AEFI; y Rodrigo Montecarlo, profesor de la UCJC.
Almodóvar ha sido el encargado de romper el hielo en la conversación y ha hecho un recorrido por la introducción de la IA en el sector seguros hasta la llegada de la vertiente generativa, la más actual. Según ha precisado, la incorporación de esta tecnología ha generado beneficios de forma transversal en todos los aspectos del negocio asegurador, desde la toma de decisiones a la venta, la detección de fraudes o la atención al cliente.
Tanto Del Campo como Piñero se han mostrado de acuerdo con su compañero y han señalado que el despliegue de esta herramienta se ha democratizado hasta tal punto que su uso ya no solo es cuestión del equipo técnico, sino que recae en todos los aspectos de la organización.
Por su parte, Orós ha puesto el foco en el papel de las startups en el sector insurtech. Tal y como ha apuntado, estas empresas emergentes son las que están sosteniendo dicha industria porque son las que tienen la capacidad de adaptarse a las nuevas tendencias tecnológicas, frente a las compañías más grandes, que encuentran más dificultades a la hora de modificar sus procesos.
Montecarlo ha cerrado la primera ronda de intervenciones en la mesa y ha aportado su visión desde el ecosistema educativo. El profesor de la UCJC ha explicado que a sus alumnos les aportan conocimiento técnico, en áreas como la robótica o las matemáticas, para que estén listos para salir al mundo laboral, pero sin perder de vista el enfoque humano, ya que, como ha insistido, la tecnología está al servicio de las personas.
Grandes beneficios y riesgos
Preguntado por los beneficios directos de la aplicación de la IA en el sector seguros, Almodóvar ha precisado que la lista es larga, ya que no solo existen los que impactan directamente en la empresa (como la mejora de la eficiencia o la reducción de los costes), sino los que recaen directamente en el usuario (como una mayor personalización o la reducción en el tiempo de respuesta).
Sin embargo, esta hibridación no está exenta de riesgos, como ha apuntado Piñeiro. El director de Arquitectura de SISnet ha precisado que la mayor dificultad que existe a la hora de introducir la IA en esta industria recae en el propio sector asegurador, que es "muy complejo y heterogéneo".
En esta línea, Del Campo ha añadido que otros de los retos que hay que afrontar en este proceso es que la inteligencia artificial es, a la vez, habilitadora del fraude y una herramienta excelente en la lucha contra él. Tal y como ha contado, la democratización de su uso ha permitido que cualquiera pueda generar imágenes fraudulentas, pero, también, ha mejorado las soluciones de detección de las mismas.
Además, ha añadido que es necesario poner el foco en la calidad de la información, ya que esta va a impactar en la utilidad de la IA, así como en eliminar los silos dentro de la compañía, ya que esta debe ser transversal a toda la compañía, lo que permitirá reforzar la agilidad.
Mientras, Montecarlo ha apuntado que, desde la universidad, el desafío principal consiste en preparar a los estudiantes para que tengan todas las herramientas necesarias a la hora de afrontar lo que está por venir en un contexto en el que la tecnología evoluciona de forma muy rápida.
La regulación
Uno de los grandes temas que ha salido a lo largo del debate ha sido el que tiene que ver directamente con la regulación. Hace apenas unas semanas entró en vigor el famoso Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial que, aunque tardará aún un tiempo en estar plenamente operativo, ya ha marcado las líneas de actuación para las empresas que trabajen con esta tecnología.
Las líneas definidas por este documento afectan, especialmente, al sector seguros que, dado la información sensible que maneja, se encuentra entre los casos de uso definidos como de mayor riesgo.
En este sentido, Orós, aunque se ha mostrado partidario de herramientas como los sandboxes (entornos de prueba), de los que ha destacado que salen productos muy innovadores, también ha criticado que esta legislación "demasiado acusada" puede suponer que Europa se descuelgue del resto de regiones en cuanto a la innovación y, por tanto, pierda competitividad.
Piñeiro se ha mostrado contrario a esta idea y ha afirmado que, a pesar de que la normativa "pone retos" a los ingenieros, también les obliga a innovar y pensar las cosas de forma distinta para obtener soluciones, lo que les permite avanzar. Así, ha señalado que la legislación está planteada para un mundo más seguro y ayuda a avanzar hacia un bien colectivo.
En su turno, Almodóvar ha explicado que desde Mapfre llevan ya un tiempo adaptándose a esta futura normativa e investigando sus implicaciones futuras, ya que, tal y como ha comentado, la IA puede terminar por convertirse en un "riesgo asegurable". "En el futuro podríamos vender seguros de inteligencia artificial", ha avanzado.