La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica autoinmune que daña al cerebro y a la médula espinal con efectos sobre el sistema nervioso. Este trastorno neurodegenerativo se produce cuando el sistema inmunológico ataca por error la mielina, la sustancia que recubre las fibras nerviosas, lo que provoca inflamación y daños que afectan la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.

Actualmente, la padecen cerca de 2,8 millones de personas en todo el mundo, de las que más de 55.000 están en España, según los últimos datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).



Cada año, aproximadamente 2.500 personas son diagnosticadas de EM en nuestro país. La edad de inicio de la enfermedad suele oscilar entre los 20 y los 40 años, lo que la convierte en la segunda causa de discapacidad más común entre los adultos jóvenes españoles. También es, después de la epilepsia, la segunda afección neurológica más frecuente en este grupo de edad, con una mayor incidencia en mujeres

A pesar de los avances que se están realizando en su investigación, sus causas no están del todo claras. Lo que sí se sabe que algunos factores pueden predisponer a ciertas personas a desarrollarla.



Las investigaciones señalan a componentes genéticos, infecciones, falta de vitamina D y probablemente factores hormonales. Como ocurre en muchas de las enfermedades crónicas, el diagnóstico temprano ayuda a controlar sus síntomas, retrasar su progresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Lesiones cerebrales ocultas

Uno de los mayores retos para su tratamiento es la identificación de las primeras señales de la enfermedad. Muchas veces, las lesiones en el sistema nervioso son asintomáticas en sus fases iniciales, lo que complica su detección precoz. Afortunadamente, los avances en este sentido son prometedores.



Según los datos que maneja la SNE, en los últimos cinco años, el número de diagnósticos se ha incrementado un 20%, en parte gracias a la mejora en las técnicas para su detección. “La identificación de lesiones subclínicas, que son aquellas que no muestran síntomas evidentes, es clave para ayudar en la detección temprana”, explica el doctor Pablo Naval-Baudin, neurorradiólogo del Hospital Universitario de Bellvitge, a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL. 

El doctor Pablo Naval-Baudin junto a parte de su equipo.

Este centro hospitalario de Barcelona es pionero en España en la implantación de una herramienta que ayuda a “ver” esas lesiones ocultas en la práctica clínica habitual y “mejorar el diagnóstico y seguimiento de esta enfermedad”. Esta tecnología, que emplea inteligencia artificial, analiza resonancias magnéticas “con gran precisión”, acelerando así el trabajo del personal clínico. Validada ya en centros médicos de Bélgica y Estados Unidos, promete mejorar el tratamiento de esta enfermedad.

La herramienta, denominada Icobrain, utiliza algoritmos de inteligencia artificial para analizar imágenes de las resonancias magnéticas y, así, “evaluar estructuras cerebrales específicas y detectar nuevas lesiones cerebrales con una precisión sin precedentes”. El doctor Naval-Budin explica que el uso de la IA en la neuroimagen de pacientes con esclerosis múltiple “mejora la precisión diagnóstica y permite obtener biomarcadores cuantitativos precisos que permiten una comunicación más objetiva entre los médicos".

Una de las características de Icobrain es su capacidad para detectar cambios sutiles en el cerebro, incluso antes de que se traduzcan en síntomas visibles. Es esa detección temprana lo que permite a los médicos intervenir de forma más rápida, ajustar los tratamientos y mejorar el pronóstico de los pacientes. Además, el análisis más preciso de las resonancias magnéticas facilita la evaluación del grado del daño neurológico y un seguimiento más exhaustivo de la enfermedad.

La esclerosis múltiple puede manifestarse de diferentes maneras, dependiendo de los síntomas y la gravedad de la enfermedad de cada paciente, y puede variar a medida que la EM avanza. Los síntomas más frecuentes incluyen dificultades en la movilidad, debilidad muscular, fatiga, dolor, problemas con los esfínteres o al tragar, trastornos en el habla, alteraciones en la visión, problemas de equilibrio y déficits cognitivos como la falta de concentración o problemas de memoria. 

100.000 conjuntos de datos

El Hospital Universitario de Bellvitge, donde atienden a más de 1.000 pacientes con esclerosis múltiple de las aproximadamente 9.000 que hay en Cataluña, es centro de referencia desde 2012. De aquí, su interés por sacar adelante este proyecto junto a Novartis e Icometrix, la empresa responsable del desarrollo de esta herramienta. 

La duración total será de un año, al término del cual analizarán los resultados obtenidos y se compararán con los que conseguidos hasta ahora empleando métodos tradicionales, que suelen basarse en la evaluación de las imágenes radiológicas de forma más manual y atendiendo a criterios más subjetivos.

El objetivo principal es reducir el tiempo para el diagnóstico y mejorar el seguimiento de los pacientes para identificar de manera más precisa los cambios en las resonancias magnéticas, para valorar mejor la respuesta a los tratamientos.

Icobrain lleva usándose más de diez años en diferentes hospitales de Europa y Estados Unidos. En este tiempo, ha sido entrenada con más de 100.000 conjuntos de datos de diagnóstico por imagen, mejorando su capacidad de análisis para identificar las lesiones cerebrales. Su propósito no es otro que frenar la progresión de esta enfermedad, aplicar tratamientos más personalizados y mejorar el bienestar y la calidad de vida de las personas que la padecen.